De representar a Palestina en la guerra a luchar por el título de la UFC, así es la vida de Belal Muhammad. Este sábado 27 de julio, el de raíces de Medio Oriente tendrá chance de hacer historia el octágono más importante de las artes marciales mixtas.
Pese a que su nacimiento fue hace 36 años en Chicago, Estados Unidos, Belal tiene un arraigo muy fuerte por Palestina, país del que son nativos sus dos padres, quienes migraron hacia Estados Unidos para encontrar una mejor vida. En Norteamérica hizo sus primeros pasos como luchador y desde niño tenía claro lo que quería conseguir, una oportunidad que al fin le llegó. Por eso, se siente más que listo para convertirse en el monarca de la categoría wélter.
Es un luchador de 77kg que no tiene nada para perder, sino más bien todo para ganar y por eso ser un peligro para el campeón, Leon Edwards. La particularidad que tiene el estilo de pelea de Muhammad es que es bueno tanto de pie como en la lona, por lo que sus armas lo pueden beneficiar en cualquier tipo de combate.
Su récord indica que acumula 23 victorias y apenas tres derrotas. Ahora, tras ocho años la UFC, Muhammad buscará consagrarse campeón tras esperar durante años y años esta chance.
Es un tipo desafiante, ya que en varias oportunidades desde la organización le dejaron bien claro que no podía realizar ninguna referencia política en el octágono, algo que no le importó y que lleva adelante cada vez que tiene la posibilidad. Su ritual es salir a escena con la bandera Palestina sobre sus hombros para dejar bien en claro su postura y así manifestar ante el mundo al país que representa y con el que está encolumnado.
“Jamás huiré de representar a mi gente, de representar a mi país. La gente no habla mucho de Palestina, así que si estoy en una posición en la que yo puedo hacerlo, lo haré“, declaró hace muchos años sin saber que este sábado será visto por millones de personas.
El primer cruce que existió entre Belal Muhammad y Leon Edwards
El encuentro entre Muhammad y Edwards tendrá un segundo capítulo, ya que en 2021 se enfrentaron, pero el combate se detuvo por un piquete de ojo que no permitió seguir al que representa a Palestina. Ahora, casi tres años después, se trata de una revancha en la que hay, nada más y nada menos, un título en juego.