Lo ideal es ganar, para eso se preparan durante años los deportistas de élite, porque sueñan con alcanzar la gloria que anhelaban cuando eran pequeños. Una vez llegado el triunfo, después de años de disciplina, esfuerzo y constancia, lo más difícil es mantenerse. Esto último es lo que termina separando a deportistas talentosos de atletas que tienen un plus para pasar a la historia grande del deporte.

La carrera de Sean O’Malley: repleta de dudas

¿Para quien es esta introducción tan dura, pero realista? Sean O’Malley es su nombre. Cuando se transformó en campeón del peso gallo de UFC en 2023 al noquear de manera espectacular a Aljamain Sterling, todo el mundo de las artes marciales mixtas se vio enamorado por el nivel de este muchacho que provino de la casa, está hecho y formado en el Dana White Contender’s Series. Sin embargo, luego de una exitosa defensa ante el ecuatoriano Chito Vera, le llegó la tempestad. En septiembre del año pasado perdió una pelea aburrida, casi sin lanzar golpes, ante un Merab Dvalishvili que le arrebató el título en Las Vegas y lo dejó con múltiples preguntas que se agudizaron el pasado sábado 7 de junio.

Después de decir que había merecido ganar contra Merab, la organización le cumplió el pedido como quien le termina comprando un dulce a un niño que no detiene su reclamo ni un solo segundo. Los espectadores presentaban un cierto grado de ilusión porque confiaban en ver un O’Malley distinto, pero nada de eso sucedió y la derrota fue todavía más dura: sumisión letal y baño de realidad.

Merab Dvalishvili aplastó a Sean O’Malley en la revancha en UFC 316. (GETTY IMAGES)

Sean O’Malley no está al nivel del campeón. Alguna vez, un sabio dijo por ahí: “Si te tropiezas una vez con una piedra puede suceder, si se repite entonces hay un claro problema”. Para el estadounidense la vida le ha sonreído en lo deportivo y sigue siendo el mejor rankeado en las 135 libras además de tener miles largos de dólares producto de todo lo que genera con su imagen.

Claro, como se dijo al principio de esta pequeña reflexión, lo difícil es mantenerse y solamente los triunfos son los capaces de extender los buenos días en los profesionales. Para O’Malley el futuro no será nada sencillo, porque la obligación está ahí, las dudas sobre su nivel de estrella están ahí y todos se preguntan: ¿Él está ahí o fue un amor de verano que se enfrentó a los verdaderos riesgos de una relación consolidada y no pudo estar a la altura?