Everson Griffen fue noticia durante la mañana temprana de este miércoles por una serie de historias que publicó en su instagram personal, donde se lo puede ver con un arma y en clara situación de incomodidad. El defensivo de los Vikings llamó tanto al 911 como a su agente, alegando que había un intruso en su casa.

Según confirmó el Departamento de Seguridad Pública de Minneapolis, Griffen estaba armado ante la intrusión de una persona en su casa en la ciudad homónima, aunque las pericias han indicado que nadie ingresó en el domicilio del veterano de la NFL antes de la llegada de los efectivos al lugar.

Según los reportes, el defensivo de Minnesota llamó al 911 pasadas las 3 de la mañana pidiendo ayuda, además de mensajear en reiteradas oportunidades a su agente. Representantes de la franquicia y el equipo de salud mental del conjunto de la NFC Norte están en el lugar de los hechos. Tanto la policía como los Vikings han confirmado que el jugador ha salido su casa y se está tratando de resolver la situación.

Comunicado de los Vikings. (@Vikings en Twitter)

Comunicado de los Vikings. (@Vikings en Twitter)

¿Qué dijeron los Vikings?

Obviamente, el caso de Everson Griffen fue lo más hablado en las atenciones a la prensa que brindaron hoy los Vikings. Su compañero Dalvin Cook, quien es nombrado en el video como la persona que le facilitó la compra del arma al defensivo, afirmó: "No sé por qué me nombra. Es mi hermano, y lo único que he hecho es tratar de comunicarme para saber que está todo bien".

Cook fue nombrado en el video. (Getty Images)

Cook fue nombrado en el video. (Getty Images)

El entrenador en jefe de la franquicia, Mike Zimmer, manifestó que "la prioridad es la salud de Everson y de su familia", y dio la información de que en algún momento del día oiremos al gerente general, Rick Spielman, dar una actualización de la situación.

No es la primera vez que Griffen ha tenido problemas con su salud mental. En 2018, durante su primera etapa en Minnesota, el defensivo se había recluido por su cuenta durante cinco semanas para trabajar en su cabeza, una noticia que parecía haber quedado olvidada en el tiempo.