La final de la UEFA Champions League tuvo un primer tiempo con situaciones de peligro para ambos equipos. Sobre la parte final, Real Madrid apretó con peligro contra la valla del Liverpool, defendida por Alisson Becker, y llegó a las redes cuando Karim Benzema empujó una pelota a gol en el área para el 1-0. Sin embargo, la jugada fue anulada por offside y confirmada como tal por el VAR. ¿Estuvo correcta la decisión?
La polémica se adueñó de los minutos finales de ese primer tiempo en donde los Merengues mostraron su versión más peligrosa complicando a un dubitativo Alisson. La jugada más clara llegó al minuto 43 en una jugada rocambolesca que terminó metiendo Benzema a gol. El juez de línea levantó la bandera y el árbitro Clément Turpin cobró posición de adelanto, aunque hubo que esperar a la decisión final del VAR.
Benzema está en posición prohibida cuando la pelota le llega por última vez y empuja el balón a gol. Sin embargo, la gran polémica estuvo en el toque atrás que termina dando Fabinho, lo que podía dar a entender que habilitaba al francés y, por tal, el gol debía ser válido. Sin embargo, el reglamento advierte que si el adversario toca el balón y se considera como "salvada", entonces sí se trata de una jugada de fuera de juego.
Ese es el criterio que aplicaron en el VAR para confirmar la decisión del offside a Turpin. La "salvada" se considera una acción de juego donde un jugador intenta detener o desviar el balón cuando éste va a dirección a portería o muy cerca de ella con cualquier parte del cuerpo a excepción del brazo o las manos (salvo el arquero). Por tal motivo, la acción de Fabinho es considerada una "salvada" y, por tal, no habilita a Benzema, que está en offside.