¿Alguien me puede explicar por qué Boca, sin jugar Copa Libertadores, Copa Sudamericana y Copa Argentina, se quedó sin piernas en el segundo tiempo contra Central Córdoba? El Xeneize, a mi gusto, jugó el mejor primer tiempo del campeonato. Me comí el verso de que Carlos Palacios era el Beto Márcico, de que Juan Barinaga era el Negro Ibarra, de que Milton Giménez era Wanchope Ábila, que Leandro Paredes era Xavi Hernández.

Todo eso duró 45 minutos. Tras el 2-0, Omar De Felippe tuvo la reacción que no tuvo Miguel Ángel Russo, metiendo cuatro cambios, tirando cuatro delanteros a la cancha con Gastón Verón, Diego Barrera, Lucas Besozzi y Franco Alfonso. Y, en la última, casi se lo gana.

O sea, Boca, obviamente, se va caliente por el 2-2, por haber perdido puntos. Pero, en el minuto 96, en otra mala salida de Agustín Marchesín, si Verón le acertaba al arco, Central Córdoba daba el gran batacazo y se quedaba con la victoria en plena Bombonera.

Esta es la bronca que queda. ¿Por qué Boca no fue en el segundo tiempo el equipo que fue en el primero? ¿Por qué se murió físicamente? ¿Por qué Russo no hizo cambios? La conclusión es que sigue verde. Sigue sin aprobar la madurez como equipo. Depende mucho de Paredes, que la toca bárbaro, pero en el área de Boca, no en el área rival. Eso sí: les sigue dirigiendo los partidos a los árbitros. Ayer debió haberse ido expulsado por doble amarilla.