Pocas cosas le gustan más a Enrique Hrabina que hablar de Boca. De su pasado en el club pero también de un presente que lo tiene siempre pendiente. Y en tiempos de Superclásico más aún. Aunque reconoce que no le gusta el formato del torneo, el nuevo cruce le genera expectativa y sobre todo este Boca de Diego Martínez que, según él, mejora día a día.

Creo que Boca está en un momento de levantada a nivel futbolístico y eso es bueno. Le va a faltar un jugador importante como (Cristian) Medina, que lo van a tener que reemplazar con otro de otras características o cambiar el sistema. River también juega bien desde hace mucho tiempo, es un equipo que viene jugando junto hace mucho y con las mismas formas y las mismas maneras, en Boca hubo muchos recambios de técnicos y de maneras y de formas también, y ahora creo que se está encaminando como históricamente es Boca, de ir a buscar el partido, del buen juego y de crear situaciones de gol , teniendo en cuenta también que no te conviertan, porque una defensa firme es fundamental y creo que River en eso da algunas ventajas más que Boca defensivamente “, analiza.

-¿Ahí está la clave? ¿Eso es lo que tiene que aprovechar Boca?

-Yo creo que sí, yo creo que sí porque es notorio eso, ¿no? River ataca o es muy ofensivo y después cuando pierde la pelota tiene problemas, o los rivales le crean problemas, así que me parece a eso hay que prestar atención. Los dos van a salir con voluntad de ganar el partido. Ir a buscar el arco de enfrente, pero el que mejor cuide el suyo es el que va a tener menos problemas. Y en ese sentido me parece que Boca está más afirmado en defensa o es un poquito más parejo o más equilibrado.

-¿El Boca de Diego Martínez te gusta?

-Sí, está mejorando. Los últimos partidos han sido muy buenos, Cavani ha vuelto y está demostrando por qué vino a Boca, por toda esa capacidad y esa calidad que tiene como jugador internacional y creo que los demás están también aportando cada uno lo suyo, en la función que les toca y teniendo una forma de juego mucho mejor en cuanto a la posesión de la pelota, al buen juego y a la llegada al arco rival, así que me parece que eso es muy bueno.

-Cavani llega a este partido con el arco abierto.

-Sí, pero en estas semanas se está hablando de Cavani como si Boca fuera Cavani. Es un equipo y cada jugador, hasta Lema está jugando bárbaro, el otro día fue el mejor de la cancha, no perdió una pelota, Equi Fernández está jugando bien, Medina estaba jugando bárbaro y no sé cómo lo expulsaron, esas cosas son las que a mí me hacen mal, me hacen pensar mal. Porque te expulsan un jugador mal expulsado, uno de los mejores jugadores de Boca. Hay cosas en el arbitraje que no me están gustando y a nadie le están gustando porque escucho a todo el mundo que dice lo mismo. Estamos todos “¿Cómo va a cobrar esto? ¿Cómo va a echar a este? ¿Cómo le da el penal a…?”. Bueno, por lo general se lo dan a los que ya sabemos. Esas cosas le están haciendo mal al fútbol.

-¿Sentís que lo perjudican a Boca o al fútbol en general?

-Al fútbol en general. Y Boca creo que en ciertos casos es demasiado notorio. Hay errores en un montón de partidos y son favorecidos ciertos equipos, como que hay un poder detrás. O cosas que no están claras y que los que estamos en el fútbol nos damos cuenta al toque. Entonces eso es lo que le hace mal al fútbol en general y a la gente también, desde hace mucho tiempo se viene comentando esto, el nivel de los arbitrajes, la organización de los torneos. Todo tiene que mejorar porque somos uno de los países más futboleros del mundo, somos exportadores de jugadores a todo el mundo. Si no hacemos las cosas bien en casa nos estamos matando a nosotros mismos.

¿Cómo sale el Superclásico?

-Yo por supuesto que quiero que gane Boca, no hay otra cosa en mi cabeza, no entra otro pensamiento, pero sé que es un partido complicado, todos los Superclásicos son complicados. Arrancan los partidos muy tensionados porque nadie quiere cometer errores, entonces los primeros tiempos por lo general son demasiado friccionados y sin muchas situaciones y después es capaz que en el segundo tiempo ya largaron todos los nervios y empieza un poquito más de arriesgar para intentar ganar el partido.