La disputa entre la AFA y el Gobierno Nacional en torno a la incorporación o no de las Sociedades Anónimas Deportivas como entidades miembro tiene como nuevo capítulo la posibilidad futura de que ni los seleccionados ni los clubes bajo su órbita puedan participar de competencias internacionales, con amenaza próxima para River y Boca, que hasta podrían quedarse afuera del Mundial de Clubes de 2025.
A través de un comunicado de prensa que dio a conocer AFA este jueves, se dio informe de que “ante el dictado por parte del poder ejecutivo de los DNU 70/23, por medio de los cuales se pretende obligar a esta Casa a cambiar su estatuto a fin de permitir el ingreso de sociedades anónimas como miembros de la misma, la Gerencia de Legales a cargo del Dr. Andrés Paton Urich elevó a principio del mes de agosto una consulta jurídica a FIFA y CONMEBOL a fin de establecer si dicha norma no resultaba violatoria de sus estatutos en relación a la independencia de las federaciones que deben manejar sus asuntos internos sin la injerencia de terceros”.
En la respuesta que el ente rector del fútbol argentino recibió de parte de FIFA se dejó en claro que “las federaciones miembros deben gozar de la autonomía suficiente para determinar de manera libre y democrática la naturaleza jurídica de los clubes que participen en sus competiciones nacionales“ y que es potestad exclusiva de AFA, sin que existe ningún otro tipo de intervención, “decidir democráticamente si sus clubes afiliados deben de retener la naturaleza jurídica de asociaciones civiles de manera obligatoria, transformarse en Sociedades Anónimas Deportivas u optar por un modelo diferente”.
Además, FIFA destacó en su respuesta a la consulta jurídica que una decisión sobre los clubes afiliados “que no proceda de los órganos de gobierno de la AFA en uso de su autonomía” iría en contra de los propios estatutos del ente rector del fútbol mundial y por lo tanto representaría un incumplimiento a sus normativas.
Tras exponer la posición de FIFA en torno a la intromisión del Gobierno Nacional en decisiones que son exclusivas de AFA, el comunicado de prensa alertó la posibilidad de una desafiliación en el caso de que se hiciera efectivo el DNU 70/23 que obligaría a incorporar a las Sociedades Anónimas Deportivas como miembros. Si eso sucediera, ni los seleccionados nacionales podrían participar de certámenes internacionales, lo que pondría en serio riesgo la posibilidad de defender en la Copa del Mundo de 2026 el título conquistado en Qatar; ni los clubes en competencias de la misma índole, por lo que tanto Boca como River podrían ser despojados de su derecho de representar al país en el novedoso y multitudinario Mundial de Clubes que se disputará en 2025 en los Estados Unidos.
La respuesta de CONMEBOL, alineada con FIFA
La respuesta de CONMEBOL a la consulta jurídica siguió lineamientos muy similares a los de FIFA, resolviendo que “establecer la obligación de incluir a los clubes que se transforman en SAD como miembros de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) constituye una flagrante intromisión y una injerencia arbitraria por parte del Estado, ya que despoja a una asociación civil privada de la facultad de decidir con autonomía acerca de su régimen de gobernanza, su gestión y sus intereses”.
Además, se consideró inconstitucional, arbitrario e incluso contraria a los derechos humanos que un decreto impulsado por el Gobierno Nacional, el Estado, “exija a la AFA la inclusión de un miembro que no cumple con sus parámetros y fines“.
Guatemala, un antecedente de desafiliación
En 2016, producto de las investigaciones que se derivaron del FIFA Gate, la Federación de Guatemala fue desafiliada por el ente rector del fútbol mundial quedando sus seleccionados y sus clubes privados de participar en los certámenes internacionales.
La detención y procesamiento judicial del entonces presidente de la Fedefut, Brayan Jiménez, y del secretario general, Héctor Trujillo, acusados de corrupción, llevó a que FIFA ordenara que una Comisión de Regularización, integrada por guatemaltecos que el organismo designó, tomara el control de la Fedefut para reestructurar la directiva y crear los nuevos estatutos de la Federación. Sin embargo, a los pocos meses esa Comisión fue desconocida en una asamblea de miembros de la Fedefut que la acusaron de no dar resultados ni convocar a elecciones de directivos como estaba previsto.
Los nuevos directivos no reconocidos por FIFA que tomaron el poder en 2017 justificaban su nombramiento alegando que las leyes nacionales de Guatemala les daban el derecho de organizar sus propias elecciones. Pero FIFA no permite que las leyes de ningún país tengan injerencia en la organización del fútbol que rige, un requisito que no se cumplía en Guatemala y que podría no cumplirse en Argentina si se obliga a la AFA a recibir a las SAD bajo su tutela.
“No parece posible que de los 211 miembros de la FIFA en el mundo, 210 cumplan con los estatutos de la FIFA y uno no cumple, Guatemala. Y más en un país de fútbol como Guatemala”, había expresado por aquel entonces Gianni Infantino. Finalmente, el 31 de mayo de 2018 la Fedefut regularizó su situación y FIFA permitió a sus clubes y seleccionados volver a competir en los certámenes internacionales.