Apenas 11 minutos le tomó a Atlético Tucumán ponerse en ventaja en el Estadio Monumental, incluso cuando era River el que intentaba establecerse como dominador de pelota y terreno. En la primera llegada a fondo, con buena gestión de pases y un error de Pezzella al intentar poner el cuerpo, Franco Nicola aprovechó también un resbalón de Franco Armani para, tras recibir la asistencia de Tesuri, señalar el 1-0 sin tener que dar demasiada dirección a una pelota que ingresó por el centro del arco.

En las redes sociales, los hinchas del Millonario no tardaron en recriminar el fallo de un arquero con el que hace tiempo parecen haber perdido la paciencia. “No aprendemos más. Armani tiene que ser suplente”, escribió uno de ellos. “Es un cono. Limitadísimo”, se quejó otro. “Armani se cae solo mamita querida, tiene menos movilidad que una ballena afuera del agua”, protestó un tercero. “En un equipo serio no pueden jugar Armani, González Pírez, Kranevitter, Simón”, se quejó uno más haciendo extensiva la crítica también a otros jugadores.

Más allá del resbalón que derivó en el gol de la visita, el arquero también se mostró impreciso en la salida desde el fondo, dividiendo pelotas jugadas con los pies que al punto de provocar una efusiva advertencia de Marcelo Gallardo: “¡Pensá!”, le gritó El Muñeco al arquero.

“River tiene una manía con pegarse tiros en el pie que es inexplicable, entre Armani y González Pírez casi regalan un gol insólito”, se quejó en X un hincha tras una de esas salidas fallidas. “Si terminaba en gol esa cagada de Armani y Pirez era motivo de romper el carnet”, advirtió otro. “Dejen de pasarle la pelota a Armani. En cualquier momento se hace el gol en contra. Transmite mucha inseguridad”, suplicó un tercero.

Más allá de los errores, con El Millonario habiendo llegado al empate con gol de Leandro González Pírez, Franco Armani se redimió sacando con la punta de sus dedos un remate de emboquillada de Pulga Rodríguez, incluso cuando los árbitros no detectaron ese desvío y terminaron cobrando saque de arco. River creció a partir de entonces y logró dar vuelta el marcador con tanto de Miguel Borja, para irse al descanso con ventaja de 2-1.

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