El pasado 9 de juliose celebró el día de la independencia, y la locutora Giuliana Asprea lo pasó en el Estadio Centenario Ciudad de Quilmes, poniéndole la voz al partido entre Quilmes y Güemes por la fecha 23 de la Primera Nacional.
Lejos de cualquier concepto de libertad, Giuliana fue víctima de los estereotipos de la sociedad, siendo discriminada por la hinchada, que la insultó por “gorda”. En una charla con Bolavipcontó lo que vivió ese día en carne propia.
Todo comenzó con una convocatoria para ser la voz del estadiopara reemplazar al “Pollo” Cerviño,habitualvoz oficial, y la locutora nodudó.“Con mucha alegría y mucho amordije que sí, porque Quilmes es el club de mis amores, el club en que nací,crecí, así que fui muy emocionada a cumplir esa tarea”, confesó. Pero luego, en la cancha, sucedió lo inesperado:“Las autoridades me pidieron que le comunique a la hinchada que se baje del alambrado porque iban a suspender el partido. Se loscomuniqué y automáticamente cuando terminé de decir ‘muchas gracias’, me empezaron a insultar algunos hombres, y los insultos eran con relación a mi aspecto físico, a mi cuerpo”.
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La protagonista aseguró que,de haber sido hombre, la situación hubiera sido diferente; “No es que al hombre no le hubieran dicho nada, pero los insultos habrían sido diferentes. Estaría mal que lo insulten, pero no iba a ser en relación a su cuerpo, como con las mujeres”, un claro reflejo de la sociedad y los estereotipos construidos. Sin embargo, Asprea lo recuerda como un enojo del momento:“En el momento me desconcertó, me enojé tres segundos y después tenía que seguir con lo mío, con los cambios y prestando atención”.
Lo que le ocurrió a la locutora se viralizó y trascendió a través de las redes sociales y, como era de esperar, también llegaron los comentarios.“Me llegaron comentarios machistas, como que el fútbol es así, si no te la aguantás no tendrías que haber ido, no te tendrías que haber expuesto, también como que qué hacía yo que soy mujer locutando en un partido masculino, que por qué no lo hacía donde me correspondía, en el fútbol femenino. Ir a la cancha no es ir a insultar a todo el mundo, es un lugar donde se comparte con la familia, voy desde que nací”, manifestó.
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Perotambién destacó el apoyo que recibió de colegas, otras personalidades femeninas vinculadas al fútbol, y principalmente, la labor de Quilmes y el departamento de género, que se solidarizaron desde el primer momento.
Más allá de lo ocurrido, Giuliana asegura que volveríacon mucho orgullo a ser la voz del estadio:“El club me dio la oportunidad de volver. Me encantaría ser la voz fija del estadio, por ahí con el “Pollo” Cerviñoy, si no fuera yo, que pudiese ser una mujer la que ocupe ese rol”.
La primera vez que Giuliana Asprea agarró el micrófono de su club fue en 2016, por una iniciativa que consistía en que todas las voces de los estadios del 8 de marzo sean mujeres. Sin embargo, hasta el día de hoy, las mujeres locutando partidos son una minoría.
Según relató Asprea, de más de 100 clubes afiliados a AFA, únicamente 15 tienen la voz de una mujer, y sueña con que más clubes tengan locución femenina.“Falta mucho y se nota con decir que solo 15 clubes son pioneros en poner una voz del estadio femenina, pero de a poco lo vamos a ir conquistando”, finalizó.