Hay derrotas intrascendentes que pasan inmediatamente al olvido. Hay otras, sin embargo, que se repiten mes a mes y que cuestan digerirlas aún 8 años después. En un partido sumamente parejo y dónde la Selección Argentina estuvo más cerca que el rival, es innegable que cuesta evitar pensar en aquel cambio en el entretiempo.

Foto: Getty

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El conjunto dirigido por Alejandro Sabella había salido más despierto al duelo con Alemania. Anticipos constantes, tenencia de pelota y un control casi absoluto de lo acontecido en los primeros 45 minutos. Mucho tuvo que ver el nivel de Ezequiel Lavezzi, imparable por el centro y el extremo derecho del campo de juego.

El Pocho se había ganado la titularidad en los partidos KO de aquel Mundial de Brasil: partió desde el arranque versus Suiza, Bélgica, Países Bajos y no podía faltar en el encuentro decisivo. En ese entonces defendía los colores del Paris Saint-Germain y demostró estar capacitado para jugar a la altura de esa final. Repasamos sus números.

Un dolor de cabeza constante para el ex defensor Benedikt Höwedes. Con velocidad e insistencia, el ex jugador de San Lorenzo fue verdaderamente imparable por su sector. O no tanto: recibió 3 de las 6 infracciones que cometió Alemania en ese primer tiempo. Pero no es todo.

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Esa jornada, Lavezzi completó 6 de los 7 pases que intentó, incluida la asistencia del no-gol tan festejado de Gonzalo Higuaín. Para la sorpresa de la mayoría, salió reemplazado en el entretiempo en lugar del Kun, quién físicamente limitado no pudo exponer toda su jerarquía.

Posteriormente, Pachorra justificó la sustitución con el argumento de que al conjunto albiceleste le faltaba peso en ataque. Aunque es cierto que ningún partido del torneo lo jugó por completo, fue llamativa su temprana salida por el rendimiento mostrado. Con otro resultado final, quizás, ni nos estaríamos reprochando tal modificación.