Damián Pizarro convirtió su primer gol con la camiseta de Colo Colo el pasado fin de semana en la derrota ante Cobresal por 3-1. El joven delantero marcó el descuento cuando finalizaba el compromiso y que a pesar de la derrota, llena de ilusión al hincha albo de cara al futuro.

Durante este viernes en el programa Pelota Parada de TNT Sports, Carlos Caszely fue consultado sobre el ‘Haaland de Macul’ y cómo hacer para que el ariete no pierda el foco y se mantenga con los pies en la tierra.

Lo primero es que le haga caso a los padres y menos al empresario, porque el empresario siempre va a tratar de sacarlo de esto y lo hace ‘Oh, hizo un gol. Va a ser Caszely el día de mañana’, no se sabe. Primero que le haga caso a sus padres, que son los que van a ponerle los pies en la cielo”, dijo el ídolo del Cacique.

Por lo mismo, es que Caszely contó su vivenciacuando hacía sus primeras armas en Colo Colo y lo importante que fue el rol de sus padres para que pudiera lograr las cosas.

“Contaré mi experiencia. En algún momento también me volví un poquito loco a los 15 o 16 años cuando empezaron no había tanta cámara. Una vez, en vez de llegar a las 9 de la noche, llegué a las 10. Mis padres me retaron, me mandaron a la cama y no me dejaron jugar el día domingo“, agregó.

“Cuando llegué el martes al entrenamiento, don Andrés Prieto y don Pedro Morales les preguntaron y mis padres le dijeron que me habían castigado porque en vez de llegar a las 9 llegó a los 10. Mis padres querían lo mejor para mí”, complementó.

El delantero albo anotó su primer gol | Foto: dpizarro9, Instagram

Por último, también contó lo que fue su etapa en la universidad. Además, manifestó que hay que tener muy en cuenta el ambiente en el que el jugador se desenvuelve y las amistades que elige.

“Cuando estaba en la universidad con 18 años, llegaba el día lunes después de ganar un clásico y llegaba así ‘ganamos’ y decían ‘Chino, tenemos prueba de anatomía’, ‘Chino, tenemos prueba de psicología del niño’ y eso te bajaba nuevamente a terreno. Uno no tiene que olvidarse de cómo viene, de dónde viene y cómo lo hizo para llegar“, explicó.

“Estas voladoras de luces, estos amiguitos que llegan por el lado y le empiezan a hablar puras maravillas, hay que tener mucho cuidado porque no todos son amigos. El que te ofrece un copete, un pito o un carrete no son buenos amigos. Son buenos amigos losque te dicen ‘Oye, son las 9. Ándate para tu casa, que mañana tienes que entrenar’. Insisto, lo primero es el consejo de los padres que siempre querrán lo mejor para uno”, sentenció.