Cristián Zavala regresó a Colo Colo a los 22, luego de un problema con un DT de inferiores.En ese entonces, el joven a sus15 años se integró al trabajo formativo enMagallanes, equipo que tiene instalaciones para las series menores en Malloco, en la zona sur poniente de la Región Metropolitana.
En conversación con El Deportivo de La Tercera relató su cambio de Cluben divisiones inferiores: “Hasta los 15 años estuve en Colo Colo. Tuve un problema con un técnico y salí. Fue un problema interno. Me fui a Magallanes. Ahí no estaban muy bien las cosas y me quedaba muy lejos. Entonces, partí a Coquimbo”.
Entrenar en el equipo carabelero fue una experiencia agotadora para el futbolista por los largos traslados : “Repartía flyers en la plaza de Puente Alto.No los botaba, los entregaba todos.Tenía que entregar mil y me demoraba una hora. Me pagaban 70 lucas al mes. Después esa plata la invertía para ir a entrenar a Malloco”, confesó en conversación con AS Chile.
El profesional reveló que iba con ropa a escolar a entrenar para ahorrar dinero: “Me iba con la ropa del Liceo, llevaba mis cuadernos y la ropa de entrenar en la mochila.Como iba de escolar pagaba 200 pesos hasta Malloco, en vez de pagar 750 si iba con ropa de calle. Después tenía que tomar cualquier micro que fuera por Camino a Melipilla hacia Maipú. Al final eran 600 pesos ida y vuelta y me demoraba una hora y 20 minutos hasta el entrenamiento. Por eso cuando salí de Magallanes fue como un alivio. Lo pasaba muy bien, pero era difícil”, añadió.
Luego de Magallanes pasó a Coquimbo Unido donde debutó profesionalmente: “Tenemos unos tíos allá y me hospedaron en su casa. Conseguimos una prueba. Me fui con una carpa, un colchón inflable y nos quedamos en el patio de mis tíos, porque yo no quería molestarlos a que ellos se fueran a dormir a otra pieza o algo así. Total yo pensé que sería una semana no más”, expresó.
Zavala quedó en su prueba en el equipo Piratay tuvo que dormir tres meses en carpa hasta cambiarse a un departamento.En la Cuarta Región trabajó en la feria y también de chofer: “Mi abuela tenía un auto y me lo prestó.Lo vine a buscar a Santiago y fui Uber ‘pirata’. Hacía viajes de La Serena a Coquimbo por una luca en las tardes… de locos”.
El profesional de 22 añoshizo un gran esfuerzo para jugar en Primera División en Coquimbo Unido, con trabajos en paralelo a su formación como futbolista y con unpaso en Fernández Vial en la Segunda División el 2020 (préstamo)antes de llegar a Deportes Melipilla y lograr una temporada consagratoria que le permitió dar un salto al Cacique, incluso rechazando una oferta del Mazatlán de la Liga MX.