Cristóbal Campos no esconde su amor por Universidad de Chile, pero tampoco le cierra las puertas a ningún club. El novel portero posiciona su pasión por el fútbol antes que cualquier rivalidad de los hinchas azules.
Así lo manifestó en conversación con Rodrigo Cabello. Consultado por el cuadro que nunca defendería, no mencionó a Colo Colo ni Universidad Católica. Puede vestir los colores del equipo que lo convenza.
“¿En qué club nunca jugaría? Soy una persona abierta, hago lo que me gusta, lo que amo. Mientras esté eso por delante, voy a jugar en cualquier lugar, donde se me de la oportunidad”, comenzó señalando.
Y es que pareciera que se volvió a encantar con la actividad. Por ello, gozará de cualquier minuto en una cancha, aunque su corazón sea azul. Quiere vivir la vida, la misma que lo afligió tanto tiempo.
¿La razón? Antes de salir del club de toda su vida ya vivía un complejo momento emocional. El guardametas de 24 años confesó lo que tuvo que pasar para hoy mirar la actividad con otros ojos.
El drama de Cristóbal Campos
El actual San Antonio Unido estuvo en un pozo. Según relató, luchar el descenso con los estudiantiles terminó por rebalsar un vaso que venía llenándose con anterioridad. Cargaba con el peso de toda una institución sobre sus hombros.
“Venía de una depresión desde mucho antes, desde antes que nos pudiéramos mantener en Primera. Hubo un colapso mental desde ahí en adelante. Me tocó tener un rol bastante importante dentro de lo que era el camarín”, explicó.
A eso le sumó una denuncia por VIF. No obstante, negó cualquier agresión física a su actual pareja, aunque sí admitió que tuvo discusiones verbales. Ello le valió salir de Universidad de Chile y tocar fondo.
“Estuve en un muy mal momento. Tuve que ser internado, pasar por un proceso de psiquiatra, de psicólogo, de medicamento”, cerró con una peculiar reiteración. ¿Cuál? Aseguró que su partida de los azules no se debió a su caso en tribunales.