Lo de Tom Morello en solitario era un gran misterio. Pero así es mejor. En una era en que conoces anticipadamente el repertorio de los artistas por la inclemencia de internet, esto se agradece y, claro, el show en vivo no pierde parte de su gracia.

Recién este domingo se reveló cuál sería el arsenal que el guitarrista tenía preparado para su Revolución de un Solo Hombre. De hecho, esa fue precisamente la canción con que inició todo. Con el espíritu de ese alter ego que bautizó como The Nightwatchman, su proyecto más combativo y de protesta desde RATM.

Como tal, su introducción fue con Manifiesto, de Víctor Jara. Es que los homenajes de Morello al cantautor chileno que reconoce como una figura inspiradora partieron desde temprano. Aplausos inmediatos, mientras El Negro Mata Pacos se hacía presente como una imagen en la pantalla que adornaba la presentación.

La velada se caracterizó por una disección de los principales temas de sus diversos proyectos. En dosis equilibradas sacó de todo a relucir ante más de 4 mil personas.

Cómo fue el concierto de Tom Morello en Chile

Let’s Get the Party Started, canción a la que dio vida con Bring Me The Horizon, y Hold The Line, que hizo con grandson, para The Atlas Underground Fire, establecieron que esto no se trataba sólo de sus clásicos de antaño. En carpeta también tenía sus composiciones más frescas de 2021. Allí Morello no teme a coquetear con ningún género, si hasta le hace ojitos sin miedo al dubstep.

Y aunque una falla en el retorno amenazó con arruinar la tercera canción, Morello no cedió territorio y defendió el escenario. Amante o detractor de lo nuevo del músico, es inevitable reconocer la potencia del material en vivo.

“Alguien recuerda La Batalla de Santiago”, comentó en referencia al show de 2010, en el Bicentenario de La Florida con su banda madre. El anhelo de los presentes por lo más reconocido del músico encontró todo un segmento dedicado a Rage Against The Machine (Bombtrack / Know Your Enemy / Bulls on Parade / Guerilla Radio / Sleep Now in the Fire). Y por ahí también algo de Audioslave (Cochise). Eso sí, fue apenas un medley con los riffs más conocidos de las canciones, pero suficiente para encender al público.

Así se vivió Tom Morello en Chile.(Foto: Jaime Valenzuela / DG Medios)

Diferente fue lo que ocurrió con Like a Stone, esa se hizo entera y con dedicatoria a “mi buen amigo Chris Cornell”. Una foto del fallecido vocalista de la banda apareció en la pantalla.

“Es maravilloso volver a esta increíble ciudad, a este increíble país, donde he tocado los shows favoritos de toda mi vida”, el ídolo habló y los presentes escucharon, celebrándolo.

Junto con eso recalcó que “no puedo agradecerles lo suficiente por el apoyo vital que le han dado a mis bandas Rage Against The Machine, Audioslave, Prophets of Rage. Es muy significativo. Les digo a todos mis amigos, camaradas, les digo a todos mis enemigos, que Santiago tiene la mejor y más loca audiencia.

“Así que, como un reembolso por todos estos años increíbles, vamos a tocar canciones de 20 discos distintos esta noche. Y todo lo que pido es que sean dementes todo el tiempo”, recalcó.

Voodoo Child, de Jimmy Hendrix sirvió para que Morello ofreciera un viaje por todo su virtuosismo. Además de sacar a brillar esos particulares efectos que han caracterizado su trayectoria y que han entregado algunos de los solos más recordados de la música mundial. Protagonista absoluto del momento, apropiándose del Teatro Caupolicán.

Acompañado de una banda soporte y sin mayores artificios en la presentación, Tom Morello también hizo GOSSIP, su colaboración con Maneskin, y Lightning Over Mexico, que concibió junto a The Bloody Beetroots y la chilena Ana Tijoux, para el EP The Catastrophists (2021). Luego inundó el lugar con una atmósfera blusera, gracias a Secretariat, editado en Comandante (2020). El público quedó tan arriba con esta, que los corros de “Moooooreeeeeellooooo, Moooooreeeeeellooooo”, se dejaron sentir fuerte.

Si hasta de su banda juvenil Electric Sheep hizo unos cuantos covers: Cato Stedman & Neptune Frost. Por ahí también aparecieron algo de Your time has come, de Audioslave, y Bullet in the head, de RATM.

Hasta sección acústica tuvo el concierto: Keep Goin’ vino apoyada con las palmas de los asistentes y de los mismos músicos que lo acompañaba.

Así el show comenzó a derivar por una tangente, diferenciándose de lo que hizo el fin de semana en Brasil. Incorporó al setlist: Raising Hell y The Fabled City. The Nightwatchman contraatacaba. Para luego retomar el camino y cerrar la sección de sonidos más acústico con World Wide Rebel Song, la que remató con los asistentes en el suelo para luego levantarse en en masa y hacer el coro.

El siguiente medley de riffs no solo trajo recuerdos de RATM como Testify, Born of a Broken Man y Snake-Charmer; sino que desempolvó hasta un guiño a ¡Street Sweeper Social Club con Ghetto Blaster!

En su lado más superheroico, Tom Morello le dio un momento a su Vigilante Nocturno, elevando una vez más la temperatura del recinto de San Diego. Eso para luego invocar a Bruce Springsteen y una descomunal versión de The Ghost of Tom Joad, en la que desplegó su particular forma de tocar guitarra, ¡hasta con los dientes!

Eso, al mismo tiempo que destapó un mensaje detrás de su instrumento: “No Fascismo”, dejando clara una vez más su postura política, que a tantos ha incomodado en la últimas semanas, al desconocer la ideología que atraviesa la vida del músico.

Así se vivió Tom Morello en Chile.(Foto: Sebastián Medina)

Y la que per sé estaba claro que debía hacer completa era Killing in the Name. No hay duda. Y cumplió. Pero le cedió las líricas a un público enfervorecido ante semejante clásico. Un coro improvisado que incluso alteró por momentos la frase “And now you do what they told ya”, por la vergonzosa variante chilena. Por suerte, Tom Morello ni se enteró y el show continuó su curso.

Apenas pasando la hora y media, el cover de John Lennon, Power to the People, también coreada de manera masiva concluyó todo. Entendiendo que ya no había más para escuchar, el público se marchó a sus casas, tras tamaña descarga de energía.