La Universidad Católica prepara su partido ante La Serena por el Campeonato Nacional y son varios jugadores de experiencia, que están viviendo sus últimos momentos en la franja. Uno de ellos es el capitán José Pedro Fuenzalida, quien, a los 37 años, inminentemente, dirá adiós a su exitosa carrera. Por ello, el técnico Ariel Holan hizo alusión a los 33 mineros que están en sus últimos bailes como futbolistas profesionales. 

La arenga recorrió el mundo y uno de los jóvenes, Clemente Montes, explico qué quiso decir Holan con el apoyo irrestricto a los más experimentados del plantel. Además, en el último partido, la formación titular de la Universidad Católica, como adelantó BolaVip, estaba en un promedio de 32.6 años. Montes aprovechó de hablar sobre la decisión de Fuenzalida y los detalles del gran momento vivido en el Nacional.

"Una decisión personal de él y no sé cual será. Respecto a la arenga de Ariel, los 33 mineros va porque  teníamos un promedio de edad de inicio de 33 años, así que bueno se vio el reflejo de la edad, que anduvieron bien, anduvieron sólidos, luego entramos los jóvenes cuando el partido estaba más suelto", dijo. 

Además, Montes alabó su buen momento que terminó con un gol en el Clásico Universitario ante la Universidad de Chile. "Estamos muy contentos como grupo. Obviamente, era un clásico y todos son importantes de ganar, independiente de la circunstancia de cada equipo. Lucimos un buen juego y fuimos superiores en las dos zonas. En lo personal, estoy feliz por haber marcado en mi primer clásico, algo importante para un jugador joven, que está recién empezando".

Clemente Montes entregó las razones del porqué Ariel Holan hizo alusión a los 33 mineros (Agencia Uno)
 

Montes, de igual forma, aprovechó de destacar su nivel personal en el equipo y también subrayó que el período de lesiones, que lo tuvo bastante tiempo fuera de la cancha, sirvió para una maduración en el equipo y, de paso, poder proyectar de mejor manera el cierre de torneo. 

"Fue un proceso muy importante para mí de madurez, de ver lo que me faltaba, los detalles, de trabajar ciertos aspectos que me costaban un poco más. Estuve trabajando en silencio, en forma constante y, obviamente, haciendo caso a los profesionales .Se fueron dando las cosas, me volví un poco más profesional. La lesión la vi como una oportunidad de mejora y de madurez", deslizó.