Universidad de Chile cumple tres años de su milagrosa salvación ante Unión La Calera. Un 5 de diciembre de 2021, el cuadro azul revirtió un partido casi perdido y se mantuvo en la división de honor.
Sin duda que dicho compromiso quedará marcado para siempre en la historia del club. Y cómo no, la historia comenzó siendo totalmente un desastre: el cuadro rival comenzó arriba en el marcador.
A los 47 minutos, Pedro Sánchez abriría el marcador. Tras derrotar la resistencia de Cristóbal Campos, el delantero rompió el hielo y aventajó a su equipo. Los azules no lo podían creer.
La situación fue difícil de comprender a los 75 minutos. A 15′ del final, Sebastián Sáez decretó el 2-0 y le ponía la lápida a los azules. Incluso, el mismo delantero argentino estrellaría un remate contra el palo y se perdería el 3-0.
¿Tiraron la toalla los azules? Nunca. De la mano de Ramón Arias, el cuadro dirigido por Cristián Romero se lanzaría al ataque en búsqueda de la épica salvación. Por la historia, por la gente, por el amor a la camiseta.
El milagro de Universidad de Chile
En una historia digna de contar de generación en generación, llegó la remontada azul. En el minuto 84, Cachila Arias encontró un centro de Marcelo Cañete, remató y, tras un rebote, volvió a pegarle al balón para decretar el 2-1.
Todos en la banca universitaria saltaron: la fe estaba encendida. Y cómo no, el defensor charrúa estaba en su día de gloria, tanto así que empató el compromiso en el 90+3′.
Luego de un pase de Sebastián Galani y una pantalla de Joaquín Larrivey, remató cruzado para decretar el 2-2. Algarabía total de los azules en un vacío Estadio El Teniente de Rancagua.
Con ese resultado, los azules jugaban el partido de definición contra el ganador de la Liguilla de Primera B, pero todo cambió en un minuto.
¿Cómo olvidar la fórmula de la salvación en el minuto 90+4? Recuperación de Osvaldo González, pivoteo de Joaquín Larrivey, centro de Sebastián Galani y gol de Junior Fernandes.
Algarabía total en los azules, que tras dicho gol zafaron de cualquier atisbo de descenso. Se celebró como una final y vaya que lo fue: marcó un antes y un después en el rendimiento del club. Un suspiro agónico.
