Un formado en Universidad de Chile vive días de angustia. A pesar de estar radicado en Rancagua, sufrió un traumático asalto en Puente Alto. Con pistolas en mano, le robaron su vehículo a través de un portonazo.
Ese es el caso de Camilo Moya. El volante de 26 años tuvo que entregar su Mercedes-Benz tras ser abordado por delincuentes. Temió por su vida a pesar de no oponer resistencia.
“A unas dos cuadras de la casa de mi suegra, me hicieron una encerrona. Ahí se bajó un tipo y me golpeó el vidrio del copiloto con una pistola. Otro se puso adelante, también con pistola, y el que me sacó del auto también llevaba pistola”, señaló a AS Chile.
“Salí del auto y dejé que se lo llevaran… Menos mal no iba con mi perrito o con mi familia, que era lo más importante. (…) Todos estaban cubiertos. Según yo, los tres eran menores de edad. Ninguno tenía como cuerpo de adulto”, detalló el mediocampista.
En el momento, no dudó en entregar el auto. “Por cómo están las cosas, aunque reacciones bien, tú no sabes cómo van a reaccionar ellos. Lo único que pensé fue ‘voy a pasar todo, porque tengo una hija de siete días de vida. No quiero que me pase nada, así que no haré nada estúpido’”, explicó.
El temor del canterano azul
Tras ello, el actual volante de O’Higgins expresó su frustración por el hecho vivido. Recalcó la situación que vive el país y con la aflicción que deben vivir los ciudadanos afectados por la problemática social.
“La verdad es que uno puede hablar mucho, pero al final nadie hace nada. Uno prende la tele y nunca hay una noticia buena, todas son malas. Que matan a alguien, que encuentran un cuerpo en tal parte… A los delincuentes no les importa nada”, comentó.
“Mientras yo hacía mi constancia en Carabineros, llegaron siete personas por el mismo tema. Y era gente con sus hijos y todo. Entonces, es peligroso porque al final los delincuentes no la piensan. Si te tienen que pegar un disparo, lo van a hacer. Y si te tienen que matar, lo van a hacer. La calle está peligrosa”, cerró.