Mientras se estaba jugando el partido entre Paraguay y Colombia, se esperaba que arrancara el clásico de Sudamérica entre Brasil y Argentina, pero fuertes disturbios evitaron el inicio del partido. La represión de la policía brasileña por las peleas de hinchas Brasil y Argentina, hicieron que el partido se demorara en su arranque.
El partido entre Brasil y Argentina estaba pactado para iniciar a las 7:30 de la noche, hora de Colombia, pero poco antes de iniciar el partido se presentaron los incidentes en la tribuna. Tras escucharse el himno de Argentina, empezaron los problemas entre brasileños y argentinos.
Fue allí cuando entró la policía brasileña y los organismos de seguridad a controlar la situación, pero esto terminó de descontrolar todo. La fuerte represión hizo que los jugadores gauchos fueran hasta la tribuna, pero su presencia terminó de alterar todo.
Al final, Lionel Messi y los demás jugadores del seleccionado decidieron irse para el camerino y amenazaron con no jugar el partido. Sin embargo, al final se controló la situación en la tribuna y el partido se puso en marcha 20 minutos más tarde de lo pactado.