John Duque pasó de ser ídolo de Millonarios a ser figura en Atlético Nacional. El volante bogotano, campeón con el ‘embajador’ y con un pasado importante en el equipo capitalino, tuvo un traspaso al equipo paisa bastante polémico.

El ingeniero dio de qué hablar a principio de temporada cuando se filtró su regreso al Fútbol Colombiano. Tras su paso por el balompié mexicano, varios equipos locales lo intentaron fichar, pero solo Atlético Nacional se pudo hacer de sus derechos.

Con el azul tuvo varias temporadas de ensueño, se logró consolidar en el medio campo al punto de ser capitán. El título de Liga y el de Superliga lo convirtieron en uno de los jugadores más queridos. Más allá de su estilo de juego, lo que enamoró al hincha fue su entrega, no negaba una gota de sudor y no daba balón por perdido.

A veces era criticado por tener una postura desordenada cuando no se tenía el balón, pero su velocidad e inteligencia lo dejaba bien posicionado. En Millonarios siempre optó por el trabajo en silencio y demostrar en el terreno de juego.

El sentimiento en la mayoría de hinchas de Millonarios cambió. Después de ver al ídolo vestir la camiseta de Nacional no volvió a ser bien recibido en El Campín. Fueron dos visitas este semestre que mostraron el rigor de los aficionados y la furia, por lo que muchos consideran una traición.

Ya en Atlético Nacional fue una historia diferente. Su nivel futbolístico y un par de lesiones hicieron más difícil su adaptación. Al principio le costó, aunque no estaba acostumbrado a ser suplente, fueron 12 partidos arrancando desde el banco.

Hubo algo que lo ayudó mucho para conectarse rápidamente con la hinchada y fueron sus declaraciones cuando firmó con el equipo. Un sector de la afición tenía dudas, pero otro sabía que era un buen fichaje.

En el todos contra todos no fue el más referente, pero con trabajo y esfuerzo se fue metiendo en el corazón de los hinchas. Se ganó la confianza del entrenador y en cuadrangulares sacó la casta para convertirse en uno de los jugadores más importantes.

En el partido contra Junior fue fundamental en su posición y fuera de ella. En el medio campo se hizo fuerte con cuatro entradas y tres intercepciones, dos duelos aéreos ganados y una tarjeta amarilla. En ataque realizó 18 pases con una precisión del 83.3%. 17 fueron cortos y uno largo. Además, anotó un golazo para darle la tranquilidad a un equipo que estaba sufriendo por llevarse la victoria.

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