Con la inauguración oficial el próximo viernes 4 de febrero de 2022, los Juegos Olímpicos de Invierno tendrán su sede en Pekín y se cerrarán el domingo 20 del mismo mes. Sin embargo, la competición propiamente dicha comenzará dos días antes de la ceremonia inaugural con los primeros partidos de curling. El 3 de febrero también arrancarán los partidos de hockey sobre hielo femenino y los primeros clasificatorios de esquí acrobático en la modalidad de moguls o esquí de baches, donde los participantes bajan por una pista sobre la que hay dispuestos montones de nieve que se emplean como puntos de impulso para realizar saltos y giros, empezando y acabando en un trampolín

Los Juegos Olímpicos modernos, en rigor, se crearon en 1896 para emular y revivir a los que se hacían en la antigüedad, hace más de 3000 años. Tiempos en los que las ciudades-estado de la Antigua Grecia competían entre sí en la ciudad de Olimpia (de ahí el nombre). Primero, Atenas en 1896. Luego, París 1900, San Luis 1904, Londres 1908, Estocolmo 1912, Berlín 1916, Amberes 1920… Pero, para París 1924, se hizo evidente un problema que, más temprano que tarde, iba a suscitarse: en varios lugares hacía demasiado calor y los deportes que se disputaban sobre hielo o en la nieve no podían realizarse. No había forma, por más que se quisiera.

Por eso surgió una idea que, luego, se terminó convirtiendo en la piedra basal para que los Juegos Olímpicos de Invierno empezaran a escribir su historia, su propia historia. La celebración, a principios de 1924, de la denominada “Semana Internacional de Deportes de Invierno” se realizó en Chamonix, una incipiente área turística cerca de la unión de las fronteras de Francia, Suiza e Italia, en la base del Mont Blanc, la cumbre más alta de los Alpes. Sin saberlo, claro, atletas y miembros del Comité Olímpico Internacional (COI) aún no lo sabían, pero allí, al pie de los Alpes franceses, estaban asistiendo a los primeros Juegos Olímpicos de Invierno. Fue un 25 de enero de 1924, participaron 16 países y 258 atletas.

Los Juegos de Invierno de 1936 se celebraron en la ciudad alemana de Garmisch-Partenkirchen. Por aquel entonces, Alemania padecía el auge del execrable nazismo en todas sus formas y maneras. Por eso, el COI debió llamar la atención al régimen de Adolf Hitler para que retirara, por caso, pancartas antisemitas y para que no hiciera propaganda durante los Juegos. Todo más allá de que, siempre absolutamente siempre, los Juegos sirvieron como una manera de mostrar las bondades y potencialidades de un país. Incluso, en tiempos de tiranos asesinos que ostentaban el poder. Épocas que, años más tarde, derivaron en la suspensión de los Juegos de Invierno y de Verano por la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

Al terminar el conflicto bélico, la segunda generación de la Gran Guerra, Alemania quedó dividida en dos: Alemania Oriental, aliada con el gobierno comunista de la entonces Unión Soviética (URSS), y Alemania Occidental, bajo la influencia capitalista de Estados Unidos y sus socios Gran Bretaña y Francia. Años de Guerra Fría. Años en los que la grieta partió al mundo en una simbiosis macartista que derivó en una “caza de brujas” en la persecución anticomunista gestada por Estados Unidos e ideada por el senador republicano, Joseph McCarthy.

En este período, varios gobiernos occidentales no admitían a atletas de la Alemania Oriental en sus competiciones, pero el COI se mantuvo inflexible y decidió que cualquier país que quisiera organizar una cita olímpica debía comprometerse a aceptar atletas alemanes de ambos bandos.

Los Juegos Olímpicos de Invierno se restauraron en Sankt Moritz, en 1948. Los Juegos continuaron celebrándose cada cuatro años y coincidiendo con los Juegos de Verano hasta la edición de Albertville, en 1992, cuando el COI decidió que los Juegos de Verano e Invierno se celebrarían en años diferentes. Desde la edición de Lillehammer, en 1994, los Juegos de Verano y de Invierno se celebran con dos años de diferencia.

Y tras casi cien años de historia, la competición global de invierno vivenció muchos cambios en su organización. Mientras algunos deportes se mantuvieron a lo largo de las 24 ediciones (por caso, el patinaje de velocidad, los saltos de esquí o el curling, también aparecieron nuevas modalidades deportivas como el snowboard, el esquí con acrobacias o el trineo luge, donde el atleta se desliza por un tobogán de hielo y alcanza velocidades de hasta 140 kilómetros por hora.

Desde el primero Juego, en Chamonix 1924, los avances tecnológicos y la aparición de nuevos materiales, como en los Juegos de verano, también transformaron la manera y la forma de competir. Por ejemplo, de los primeros esquís de madera y sujetados con tiras de cuero, se pasó tablas confeccionadas con un diseño aerodinámico y fabricadas con fibra de carbono. Ahora, es tiempo de los trajes inteligentes que recopilan datos sobre la velocidad y la posición de los patinadores sobre hielo para mejorar su rendimiento, o de los trajes con airbag incorporado para proteger a los esquiadores en sus descensos.

Los Juegos de Pekín 2022 albergarán competiciones de 15 disciplinas correspondientes a 7 deportes de invierno:

  • Esquí alpino: competiciones masculinas y femeninas de descenso, eslalon, eslalon gigante, supergigante y combinada alpina, y competición de equipos mixtos.
  • Biatlón: pruebas masculinas de 10 km sprint, 20 km individual, 12.5 km persecución, 15 km salida masiva y relevo 4 x 7.5 km; pruebas femeninas de 7.5 km sprint, 15 km individual, 10 km persecución, 12.5 km salida masiva y relevo 4 x 6 km; y prueba de relevo mixto 2 x 6 km M + 2 x 6 km H.
  • Bobsleigh: monobob femenino, bobsleigh a dos masculino y femenino, y bobsleigh a cuatro masculino.
  • Esquí de fondo: pruebas masculinas de 15 km clásico, skiatlón 15 km + 15 km, esprint libre, esprint clásico por equipos, relevo 4x10 km y 50 km con salida en masa; y pruebas femeninas de 10 km clásico, skiatlón 7,5 km + 7,5 km, esprint libre, esprint clásico por equipos, relevo 4x5 km y 30 km con salida en masa.
  • Curling: competición masculina, femenina y de dobles mixtos.
  • Patinaje artístico: individual masculina, individual femenina, danza sobre hielo, parejas y por equipos.
  • Esquí acrobático: competiciones masculinas y femeninas de aerials, moguls, skicross, halfpipe, slopestyle y big air; y prueba de aerials por equipos mixtos.
  • Hockey sobre hielo: competición masculina y competición femenina.
  • Luge: individual masculino, individual femenino, dobles masculino y relevo mixto.
  • Combinada nórdica: competiciones masculinas de trampolín normal Gundersen/10km, trampolín gigante Gundersen/10km y relevo 4x5km en trampolín gigante Gundersen.
  • Patinaje de velocidad en pista corta: pruebas masculinas de 500m, 1000m, 1500m y relevo 5000m; pruebas femeninas de 500m, 1000m, 1500m y relevo 3000m; y la prueba mixta de relevos.
  • Skeleton: competición masculina y competición femenina.
  • Salto de esquí: pruebas masculinas individual en trampolín normal e individual en trampolín largo y prueba por equipos; prueba femenina individual en trampolín normal y prueba por equipos mixtos.
  • Patinaje de velocidad: pruebas masculinas de 500m, 1000m, 1500m, 5000m, 10.000m, salida masiva y persecución por equipos; y pruebas femeninas de 500m, 1000m, 1500m, 3000m, 5000m, salida masiva y persecución por equipos.
  • Snowboard: pruebas masculinas y femeninas de eslalon gigante paralelo, snowboard cross, halfpipe, slopestyle y big air; y prueba de snowboard cross por equipos mixtos.

Se repartirán 109 conjuntos de medallas, siete más que en PyeongChang 2018. Se disputarán nuevas pruebas en bobsleigh, patinaje de velocidad en pista corta, esquí acrobático, salto de esquí y snowboard. Y serán los Juegos Olímpicos de Invierno más parejos de la historia en cuanto a género, dado que la cuota de mujeres aumentará del 41% de PyeongChang a más del 45%.