En ocasiones, la vida se puede tornar un tanto complicada porque así lo quiere el destino. Que millones de niños se vean sumergidos en la pobreza más dura en la que no tengan para comer es una realidad que no entiende de fronteras y México no es la excepción. Eso lo sabe muy bien Luis Ronaldo Rodríguez o como lo conocen en el mundo, Lazy Boy.
Nacido en Chiapas, pero criado en Coatzacoalcos, Veracruz, Lazy creció en una familia humilde, de barrio, que se tuvo que adaptar a las circunstancias presentadas por la vida para poder salir adelante. Hoy, a punto de ser protagonista del evento más grande en la historia de UFC , como lo será la velada 306, Ronaldo dialoga de todo con Bolavip : desde sus inicios en el mundo del deporte y la gran relación con su madre, hasta sus momentos más duros que, superados, lo tienen siendo una estrella del deporte .
La Esfera de Las Vegas será el escenario en el que Ronaldo se presentará el próximo sábado 14 de septiembre. Su combate en el peso mosca será ante un rival de experiencia como lo es el jamaiquino Ode’ Osbourne y, por eso, Lazy tiene una oportunidad de oro para sumar su segunda victoria dentro de la compañía tras su debut ganador en febrero en Ciudad de México.
Entrevista completa a Lazy Boy Rodríguez con Bolavip
-Tienes apenas 25 años, pero ya te diste el lujo de pelear en México ante toda tu gente y ahora estarás en La Esfera, ¿Qué te genera eso?
-Me siento muy feliz, me siento emocionado, me siento exitoso . Es algo por lo que he trabajado toda mi vida y el hecho de que se esté materializando mi sueño me hace sentir vivo.
-¿A qué le debes el éxito que estás teniendo?
-Yo creo que se lo debo a Dios. Él ha sido muy bueno conmigo, me ha dado las oportunidades. También ha sido consecuencia de mi trabajo duro, pero me gusta creer también que Dios tiene un plan para mi y me ha permitido pasar las adversidades que me han tocado para ser un claro ejemplo de superación, de motivación para aquellas personas que se encuentran en una situación igual a la que estuve o incluso peor para motivarse a si mismos. En esta vida no importa que nadie crea en ti, mientras tú tengas fe en ti mismo, puedes lograr lo que sea, hacer lo que sea. El límite nos lo ponemos nosotros mismos.
-¿En qué momento llegó Dios a tu vida?
-Desde niño, gracias a Dios mi madre me ayudó guiándome en mi fe, enseñándome a poner mi vida en las manos de Dios. A veces no importa una religión, no importa en que esté basada, lo importante es que tengas fe en lo que creas y que creas ciegamente en Dios.
-También tienes fe en ti mismo, ¿Cómo llegas al 14 de septiembre?
-Me estoy preparando como lo he hecho toda mi vida, bien fuerte. A mi no me gusta dejarle las cosas a la suerte, yo trabajo duro por el éxito y estoy trabajando como toda mi vida he trabajado, como un mexicano que trabaja doble turno, sin descansar, que aunque sea una paga baja no se raja. Yo pienso que el trabajo duro también es una gran clave del éxito.
Su dura infancia de la cual aprendió para crecer
-Te gusta remarcar mucho ante el mundo el hecho de ser mexicano y que el público se identifique contigo…
-Claro, por supuesto, son mis raíces. Además, soy un mexicano auténtico, de verdad. Soy un mexicano que viene de abajo, que viene de trabajar de vender dulces, de ser albañil, estar en la construcción, que ha vivido al día y que ha tenido que pasar carencias… Yo soy de esos mexicanos, del mexicano promedio que no tiene nada seguro, que trabaja por su familia, que está dispuesto a rajarse la cara y dejarse el cuero con tal de darle un futuro mejor a su familia. Ese soy yo, a ese tipo de mexicanos represento.
-¿Cómo era ese Lazy que ha quedado atrás?
-La verdad es que de niño miraba como mi madre trabaja tan duro limpiando casas, vendiendo comida, llegando a ser humillada, maltratada varias veces. Y, a pesar de aguantar ese tipo de malos tratos, ella ponía su mejor cara porque era padre y madre de un niño que no tenía nada seguro. Lo único seguro que tenía era lo que ella podía trabajar o hacer para darme un futuro mejor y ese niño era yo… Fui criado, gracias a Dios, con un gran ejemplo de madre, de una mujer mexicana que, aunque tuve carencias, nunca me hizo falta una mamá.
-¿Eras muy rebelde de niño o aplicado?
-En mi México lindo y de oro, ser un deportista es difícil, a veces ni siquiera está bien visto y por eso mucha gente termina acudiendo al narcotráfico, la delincuencia que es, relativamente, un camino más fácil, en el sentido de que hay más oportunidades en eso que hasta en el mismo deporte. Gracias a Dios, yo tuve los dos caminos y elegí el correcto, el del trabajo y la dedicación. En este deporte Dios ha sido el que me ha ayudado, yo no hayo ninguna otra explicación para que hoy en día me encuentre en esta posición. Solo Dios sabe los planes que tiene para mi.
-¿Hay algún hecho en particular que te haya marcado la vida?
-Por supuesto. Yo estudiaba en las peores escuelas, las peores secundarias que hubieran en Coatzacoalcos, cuando Veracruz llegó a ser la ciudad más peligrosa en todo México, cuando el cártel estaba peleando plazas. Había mucha delincuencia, mucho crimen organizado y es triste saber que tus amigos, tus compañeros lamentablemente pues habían fallecido tan jóvenes, que compartías salón con ellos y que un día, de la noche a la mañana, ya no están… Ya no están aquí y ya no volverán. Es triste, pero es la cruda realidad en mi país.
Su camino en el deporte que le significó cambiarle la vida
–¿Cómo llega el deporte a tu camino para alejarte de los peligros de la vida?
-De niño llegué a hacer karate. No me gustaba la disciplina. El profesor era mi tío entonces mi mamá le pasaba los recados cuando me portaba mal y me daban buenas chingas, ja. Pero fuera de eso, siempre me gustó la violencia, no te voy a decir que no. Entonces en este deporte hermoso logré canalizar mi energía de manera constructiva para, hoy en día, poder ser el hombre que soy. Entonces, se lo agradezco mucho. Cuando hacía karate tenía seis, siete años, después me salí y recuerdo muy bien un día en el que dije: ‘Dios mío, ¿Qué voy a hacer con mi vida? No soy bueno para cantar, no soy bueno para bailar’. Y fue en ese momento que recuerdo que pensaba que algo tenía que hacer y a mi me encantaba pelearme. Quería ser el mejor y en mi México, en la vida, nos ganamos el respeto como lo que somos, animales también. Siempre van a respetar al que sabe tirar golpes y yo me gané mi respeto en la escuela, en el barrio, tirando golpes, tirando vergazos. Este mundo está lleno de depredadores y a veces es mejor ser el depredador que la presa.
– ¿Cuándo te diste cuenta que eso lo podías llevar al profesionalismo?
-Cuando yo supe que te podían pagar por golpear a alguien dije: ‘Diablos, ¿Qué estoy haciendo? Estoy perdiendo mi tiempo, potencial. Necesito ponerme a hacer eso’. Gracias a Dios encontré un buen gimnasio, me puse a entrenar y cuando menos lo esperé, pasaron dos años y ya era profesional.
-¿Te imaginabas estar en este momento?
-Desde que tomé la decisión de querer dedicarme a esto, sí. Desde los 14 años yo sabía que esto iba a pasar. Desde los 14 años yo trabajé durísimo para ser un claro ejemplo de superación y esto no es nada, todavía falta muchísimo más. Mi palabra va a ser más escuchada cuando sea el campeón del mundo y así va a ser, es cuestión de tiempo.
-¿Estás ansioso o tranquilo por los combates que deseas?
-Yo sé que si actualmente me ponen al campeón de mi división le arranco la cabeza, pero Dios tiene un plan para mi y me lleva paso a paso. No tengo prisa, tengo 25 años, seguiré trabajando es mis debilidades, en mis fortalezas y yo sé que cuando llegue el momento estaré listo, aunque en este momento lo estoy.
Su análisis sobre la pelea que tendrá este 14 de septiembre
-¿Cómo te juega en la cabeza ser el favorito para ganar tu pelea el 14 de septiembre?
-La verdad, yo solamente me enfoco en arrancarle su cabeza, es lo único en lo que me enfoco. Ningún rival es débil, en el UFC estamos los mejores del mundo. Entonces, pues, haya sido como haya sido el güey, este 14 de septiembre voy a excavar su tumba y lo voy a dejar ahí.
-¿Cómo canalizas la ansiedad de querer terminarlo rápido para no perder la concentración?
–Eso lo trabajo desde el hecho en el que era niño y no tenía que comer. Esa mentalidad de aguantar el hambre y no robar… Desde hace mucho tiempo trabajo eso, entonces no es problema para mi. Lo único que tengo que ver como desafío es dar el peso en la báscula y lo demás allí afuera es fácil.
-¿Tienes algún miedo en la vida?
-Estoy dispuesto a enfrentar cualquier cosa. Soy un hombre, no te voy a decir que no llego a sentir miedo, soy un ser humano y tengo sentimientos, pero nada que no se pueda superar con la guía de Dios. Sé que por algo estoy aquí y que por algo he tenido que vivir todo lo que he vivido. Sé que tengo hambre de victoria, sed de gloria y por algo estoy aquí.
–¿Cómo son los segundos previos al ingreso al octágono?
–Pienso en mi familia, en mi fe, me encomiendo a Dios, en todo lo que he tenido que pasar para encontrarme donde estoy y cuando suena mi música… Simplemente sé que estoy cumpliendo mis sueños y es una felicidad para mi estar ahí.
-¿Qué crees que has mejorado desde tu última presentación en febrero?
-He mejorado todo. Mi lucha, mi jiu-jitsu, boxeo, striking, todo. Soy una persona que le gusta salir de su zona de confort y cada vez que pueda mejorar lo voy a hacer. Trabajo todos los días por lo mismo, siendo 1% mejor que ayer.
-¿Qué es lo que más disfrutas de ser un luchador reconocido?
-Me encanta saber que puedo ser un ejemplo a seguir y que mi gente se sienta orgullosa de tener un peleador mexicano compitiendo en el circuito más grande del mundo en las MMA y eso se siente maravilloso.
–¿Cómo es la convivencia día a día con tus compañeros de gimnasio?
Cada quien está en lo suyo, pero al final de cuentas, cada vez que los mexicanos nos podemos ayudar, lo hacemos. Daniel Zellhuber y yo somos muy unidos, como hermanos. Nos empujamos juntos y me llena de orgullo que podamos compartir esta cartelera.
¿Cómo ve a Brandon Moreno y qué compartieron?
-¿Pudiste platicar con Brandon Moreno a Alexa Grasso en la previa de algo tan importante?
Sí, especialmente con Brandon. Inclusive he sparreado y ha sido muy amable conmigo. No es nada personal, pero lo veo como una competencia más que como una motivación porque lo que él tiene o tuvo es lo que yo quiero. Es algo mío que me está esperando, entonces pues lo veo de un lado competitivo más que nada.
–¿Tienes pensado un rival en especial para pedir de cara al futuro?
–El que sea la verdad, no me gusta elegir a mis víctimas. La que me pongan, mientras me paguen, ahí voy a estar.