En junio de 2024 la expectativa llegó a su punto más alto porque parecía que esta vez era real la vuelta de Conor McGregor al octágono de la UFC. El irlandés estaba listo para enfrentar a Michael Chandler, pero una fractura en uno de los dedos del pie lo dejó fuera del combate y entonces la decepción se hizo presente, la misma que se acrecentó más en las últimas horas luego de que The Notorius confirmara que sus tiempos en las MMA estarían terminados.

El camino de McGregor está atravesado por los negocios. Cuando Conor conoció un mundo lleno de ambición entonces decidió abrir distintos caminos que actualmente incluyen su sociedad en la empresa líder de boxeo sin guantes, Bare Knuckle Fighting Championship, y su reciente interés por lanzar una campaña para convertirse en presidente de Irlanda.

En ese contexto, sumado a que la UFC ya no parece tener tiempo para él y más bien está centrada en hacer crecer a otras estrellas, Conor entiende que lo ideal es dar un paso al costado para terminar con el misterio que rondaba sobre su posible próxima presentación. El irlandés confirmó que está listo para su nación y que allí enfocará todas sus energías.

Conor McGregor despejó dudas sobre su futuro

“Ya sabes, como he dicho, me quedan dos peleas en el contrato, estoy en negociaciones, pero la semana pasada sucedió algo… Fui a la casa blanca y mi país está conmigo, mi corazón sangra por mi país ahora mismo, así que hay muchas cosas que hacer en el viaje de vuelta a casa”, expresó Conor.

Y cerró: “Estoy feliz con todo lo que he hecho, hay cosas más importantes para mí en este momento y eso es lo que quiero hacer. Así que, veremos grandeza, no te apresures, ahora mismo Irlanda está mis pensamientos y eso es lo que estoy haciendo”.

McGregor ya no es un niño. Conor tiene 36 años y su última pelea en UFC fue en 2021. Que aún le queden dos contiendas en el contrato sirve para que los aficionados no pierdan la esperanza, pero si vemos con claridad los planes de uno y las intenciones de otro, se puede decir que el excampeón del mundo y el octágono más importante del planeta comienzan a construir sus caminos por separado.