La NBA cambió por completo en la última década, y el crecimiento económico de la liga lo demuestra temporada tras temporada. Un ejemplo claro de esta transformación es el caso de Shai Gilgeous-Alexander, la estrella de Oklahoma City Thunder, quien solo en la campaña 2025 embolsó 36 millones de dólares, una cifra impactante que lo posiciona entre los jugadores mejor pagados del planeta. Pero la noticia es que el número se incrementará más, al punto de superar a una plantilla histórica completa.
Lo que ganaron los San Antonio Spurs campeones: menos que Shai
Tras acordar una extensión de contrato y una mejora salarial, Shai recibirá 68 millones en la campaña 2028-29, pasando a tener uno de los vínculos jamás vistos en el deporte mundial. El dato toma aún más relevancia cuando se lo compara con equipos campeones del pasado. Los San Antonio Spurs que conquistaron el título en 2014, con figuras como Tim Duncan, Manu Ginóbili, Tony Parker y Kawhi Leonard, recibieron entre todos un total de 63.5 millones de dólares por esa temporada. Es decir, una plantilla entera que dominó la liga y marcó una época ganó menos dinero que el salario individual de Shai en un solo año.
Esta diferencia refleja no solo el impacto que tiene Gilgeous-Alexander dentro del equipo, sino también el crecimiento de los contratos y los ingresos generales de la NBA. En este nuevo contexto, las estrellas jóvenes como Shai no solo cargan con la responsabilidad deportiva, sino también con un valor económico que transforma a sus franquicias.
El contrato de Shai Gilgeous-Alexander con Oklahoma está vigente hasta el final de la temporada 2030-31, por lo que el Thunder tiene asegurado a su principal figura durante al menos seis años más. Para la próxima campaña 2025-26, su salario será de 38 millones de dólares, un número que continúa la línea ascendente de su vínculo.
Mientras Oklahoma sigue construyendo alrededor suyo, los números dejan en claro la nueva realidad financiera de la NBA. Lo que antes era el presupuesto de un campeón, hoy representa el sueldo de una superestrella consolidada que todavía no llegó a su techo.
