En la previa todos se imaginaban que Khamzat Chimaev podía llegar a ser muy superior ante Dricus Du Plessis, pero con otro tipo de espectacularidad. Ahí es donde está el punto de la discusión y de las decenas de debates que existen alrededor del mundo sobre la pelea estelar que dejó el UFC 319 de este sábado. El ruso jugó sus cartas y ganó, ¿pero fue una victoria que lo catapulta como estrella o que sembró dudas sobre qué tipo de campeón quiere tener la organización?

Para aquellos más adentrados en el tema este nombre les sonará mucho: Movsar Evloev. Si bien es cierto que el ruso tiene múltiples peleas canceladas debido a lesiones y problemas médicos, también es una realidad que ya tiene nueve victorias de manera consecutiva en el peso pluma y la organización se niega a darle mayor protagonismo por una sola razón: aburre. Su estilo de lucha no genera nada de show y no es lo que la compañía desea para un monarca. Bueno, Chimaev tendrá que poner atención porque puede ir en esa misma dirección.

Chimaev hizo de todo en UFC 319 menos entretener

Cuando sometió a Robert Whittaker de manera brutal en octubre del año pasado, incluso rompiéndole la mandíbula a su rival, todos dieron por hecho que era la oportunidad de ver a Khamzat en el siguiente nivel. Apenas unos meses después se confirmó su pelea contra Du Plessis y la expectativa llegó a su punto máximo. Este sábado 17 el sudafricano expuso su cinturón del peso mediano ante el ruso y se quedó con las manos vacías, porque el retador le dio una verdadera paliza que lo dejó sin respuestas.

Khamzat Chimaev le dio una lección de lucha a Dricus du Plessis en UFC 319. (GETTY IMAGES)

Apenas un puñado de segundos del primer round le bastaron a Chimaev para llevar la pelea a la lona con sus clásicos derribos. En su zona de confort dominó como quiso, pero al ver la poca capacidad de reacción de su rival para escapar de la situación, Khamzat fue volviendo cada vez más aburrida la historia. Evitando en todo momento los intercambios, el ruso sabía que solamente debía esperar al campanazo final sin correr riesgos para convertirse en campeón.

Sí, dominó y por momentos humilló a su rival por la facilidad con la que lo dominaba, pero no se entregó al espectáculo, fue por lo suyo y nada más. Y esto último no es un detalle menor, porque una parte de las ganancias que obtienen los luchadores salen de la cantidad de PPV que se vendan, por lo que no se debe subestimar o dar por descartado al aficionado.

Chimaev podrá haber tenido éxito ante Du Plessis, pero su estilo es una manta corta para el show, que te cubre la cabeza, pero no los pies y viceversa. Si piensa defender su reinado así, asegurando victorias minimizando todo tipo de riesgo, podrá tener éxito, pero la organización no estará muy contenta si las vistas bajan. Es ahí cuando el negocio importa más y Chimaev puede pasar a ser uno más en la lista. Khamzat tiene el futuro en sus manos: brinda show o extiende su legado alejándose del espectáculo.