Dicen que siempre es bueno volver a conectar con la raíz, con la esencia, especialmente después de dar un mal paso. Y es probablemente allí a donde recurra Brandon Moreno tras perder el título de peso mosca de UFA en la trilogía de combates ante Deiveson Figueiredo que se desarrolló el último sábado.
Finalizado el combate, el primer mexicano en ser campeón de UFC aseguró que regresaría más fuerte. “Me he caído muchas veces y me he vuelto a levantar”, dijo todavía sobre el octágono. Y antes de volver a los gimnasios, qué mejor que comenzar a recuperar las energías cerca de la familia que tantos esfuerzos hizo para que pudiera desarrollarse como deportista.
Aunque muchos no lo saben, la familia de Brandon moreno maneja un negocio donde se hacen y venden piñatas en Tijuana, que fue abierto allá por 1997, cuando el peleador apenas tenía 4 años. De allí salió buena parte del dinero que este utilizó para abrirse paso en el deporte de combate y es por eso que lo recuerda con un afecto especial.
“Al principio de mi carrera profesional, estaba en la preparatoria, si no me equivoco. Decidí pausar mis estudios para buscar algo en el deporte, y en ese entonces trabajaba con mi papá en un negocio familiar que tienen de piñatas, y yo les ayudaba”, contó.
Y agregó: “Básicamente, era chalán: les ayudaba en todo lo que se podía, aunque los que eran los creativos eran mis padres. A mí me gustaba hacer piñatas, pero lo que mejor hacía eran adornar los palos que vendíamos para las piñatas”.