Habiendo surgido y dado sus primeros pasos en la Tierra a finales del pasado 2019, el coronavirus, en unos pocos meses, logró establecerse y sembrar el caos en prácticamente todos los lugares del planeta. Generando un sinfín de muertes e infectando a un elevado número de personas, el COVID-19, declarado pandemia mundial por la OMS, también puso en jaque la economía de los países. Ante la falta de certezas, distintos políticos y economistas comenzaron a adelantar que existe la posibilidad que el mundo entre en una recesión mundial fruto de la detención de las actividades en la gran mayoría de sectores a raíz del virus.

 

En pos de preservar y cuidar lo máximo posible la salud de todos los habitantes del territorio, Alberto Fernández tomó la decisión de extender el proceso de cuarentena obligatoria en todo el país. Por lo pronto, si bien la nueva fecha estipulada es fija y fue establecida hasta mediados de abril, distintos medios nacionales indican y aseguran que Argentina podría llegar a estirar la misma hasta finales de dicho mes. Con las medidas tomadas con cierto grado de antelación, dicho territorio de América del Sur actualmente goza de haberse atrevido a prevenir antes que curar con un sistema de salud que al día de la fecha aún no se vio colapsado.

Comenzando a implementar una tendencia que se expandió a lo largo del planeta, los argentinos no tardaron en sumarse a ciertas congregaciones para, en una gran mayoría, aplaudir a los médicos y trabajadores del país por su sacrificio durante esta época en la que el mundo se encuentra batallado contra una pandemia que siembra el pánico y suma muertos a su historial día a día. Otros, por otra parte, decidieron mutar dicha idea primaria a una generalizada queja para que los políticos de allí se bajen el sueldo y aporten esa cifra a subsanar problemas vinculados a hospitales y la salud en general. Hasta ahí, todo más que bien e incluso entendible en relación al respeto por las creencias del otro.

+ El video, subtitulado: 

En las últimas horas, sin embargo, un video comenzó a viralizarse a lo largo y ancho de las distintas redes sociales de Argentina. En el mismo se puede divisar a una ciudadana argentina indignada con sus vecinos, los cuales habían salido a las 21.30 a sus balcones a exigirle a los políticos que reduzcan sus ingresos. La mujer, fastidiada por la actitud de sus compañeros de cuadra, hizo lo propio y se dirigió a los exteriores de su morada para descargar su furia. Imponiendo su pensamiento, la vecina, mediante una cadena de gritos, lanzó: "Caceroléense la cho...". El tiempo pasó, y el video subido por la usuaria @vroteberde tuvo tanta repercusión que en dicho país el hashtag #CaceroleateLaCho... se conviritó en tendencia con miles de menciones. 

 

 

Recibiendo la aprovación de varias personas, las respuestas no tardaron en llegar. Mientras algunos filmaban atónitamente una auténtica guerra de dos frentes, voces y gritos comenzaron a apodedarse de una cuadra que al poco tiempo se dividió políticamente. Si bien no hay muchas más certezas, se especula que la 'guerra' culminó cuando la ciudadana implicada decidió ingresar una vez más a su hogar. A raíz de dicha respuesta, desde el sector de izquierda comenzó a viralizarse la idea de contrarrestar los cacerolazos poniendo la canción de la Marcha Peronista cuando dicho evento comience.