LaLiga se debate entre dos modelos de cara al futuro económico del fútbol europeo. La Superliga apunta a regresar esta misma semana mientras los clubes continúan esperando por la llegada de un acuerdo CVC que sigue sin contar hasta acá con Real Madrid, Barcelona y Athletic Bilbao. De momento, los tres clubes se quedan sin armas para luchar contra el proyecto de Javier Tebas.

El presidente de LaLiga es quien lidera el convenio por el cuál el torneo recibirá 2000 millones de euros por la venta del 10% del negocio de la competición por los próximos 50 años. Un acuerdo que daría a cada equipo de un día para el otro un monto de 200 kilos que de momento solo Real Madrid, Barcelona y Athletic Bilbao han decidido impugnar. La cercanía de dos de estos equipos con la Superliga y la política de solo jugar con futbolistas nacidos en el país vasco, razones para buscar boicotear un proyecto que de momento sigue adelante.

Y es que medios como Mundo Deportivo o AS confirman que la justicia ha declinado los recursos presentados por Real Madrid, Barcelona y Athletic Bilbao para pedir la suspensión del acuerdo CVC. EL juzgado de primera instancia número 15 de la capital española señala que no existen motivos de peso para frenar el convenio que de momento cuenta con la mayoría de los clubes profesionales del fútbol español para cerrarse.

Barcelona analiza modificar su postura

La situación económica de los Culés y su deseo por romper el mercado de fichajes han llevado al equipo a considerar un posible cambio de bando en la pelea que divide al futbol español. Joan Laporta sabe que la deuda de más 1000 millones de euros de la entidad está lejos de desaparecer, así como que la Superliga Europea tiene todavía mucho camino por delante para vencer en su batalla contra UEFA.

Joan Laporta, presidente del Barcelona: Getty

Se vienen meses decisivos para saber que modelo se tomará LaLiga en los próximos años. Real Madrid, Barcelona y Juventus presentarían esta misma semana novedades del torneo que pretende reemplazar a la Champions League y con el que esperan convencer al resto de equipos de europeos de no apostar por acuerdos como el CVC.