Boca vive un invierno más que atípico. Por primera vez en muchono salió desesperado a buscar refuerzos y, si bien hubo alguna negociación en silencio, dio la sensación de que con lo que tiene le alcanza. Sin embargo, con el correr de los partidos, el panorama cambió.
Siempre se dice que el mejor “refuerzo” para un equipo campeón es que no se vaya nadie, y ahí nace el principal problema. Salvio no continuará en el club y es una baja sensible tanto desde la jerarquía como desde el recambio. Al mismo tiempo, Figal se lesionó la rodilla y Battaglia vuelve a tener problemas en la saga central como sucedió el semestre pasado.
Si bien el XI titular está intacto y sale de memoria, lo fundamental para la triple competencia son las alternativas y la competencia interna. Por eso puertas adentroya hay una decisión tomada: si el próximo martes Boca elimina a Corinthians, saldrá decidido al mercado de pases.
Los lugares a reforzar son 3: un extremo para ocupar el lugar que deja Salvio (sonó Valoyes pero Talleres lo anotó en la lista de la Libertadores), un central para rotar y pelear titularidad a largo plazo (Zambrano e Izquierdoz terminan contrato a fin de año) y un volante, esperando a ver qué sucede con Arturo Vidal.
