Levantarse temprano. Entrenar. Exigirse. Acostarse pensando en el gol que no entró. Recibir diez felicitaciones por un tiro libre al ángulo y mil críticas por un pase al medio que no viste. Detrás de cada futbolista que debuta en Primera hay años de salidas rechazadas, llantos reprimidos y noches de imaginar el día de la oportunidad. Por ello, Maximiliano Zalazar explotó en llanto tras el pitazo final. Ahora, se conoció una historia que explica su amor por Boca y justifíca aún más sus lágrimas…
Después de ingresar en el ST junto a Darío Benedetto y ser parte de la victoria del Xeneize ante Lanús, Zalazar fue abrazado por varios compañeros en la mitad de la cancha. La emoción lo desbordó y la felicidad se convirtió en lágrimas en sus ojos. Aunque claro, es más entendible el sentimiento del pibe nacido en Ezeiza cuando repasamos su historia.
La historia que nadie sabía de Maxi Zalazar, el pibe que luchó por quedarse en Boca y tuvo un debut soñado
Según contó Lucho Torres Toranzo, periodista que conoce a Zalazar desde chico, en el 2019 el mediapunta la rompía en su categoría y, después de ser convocado al torneo de L’Alcudia con Argentina, se acercó al mánager de Boca y le dijo que tenía la chance de irse a préstamo a Brasil. En aquel momento, en el Xeneize no lo dejaron irse, pero tampoco le hicieron contrato. Es decir, no le permitieron pasar a ser profesional.
Tras elegir quedarse a pelearla (podía irse con el pase en su poder porque no tenía contrato), el nuevo Consejo de Fútbol llegó, le hizo poner el gancho y lo dejó irse a préstamo al Internacional deBrasil. Volvió a los seis meses, fue clave para el campeonato de la Reserva y Hugo Ibarra lo llevó rápidamente a Primera, donde ya tuvo su primera chance.
Así, tras la oportunidad de irse por la puerta de atrás y sin dejarle un peso al club de sus amores, Maxi Zalazar tuvo los minutos que siempre soñó. Aprovechó su oportunidad, la pidió, encaró y hasta tuvo una de cabeza. Ahora, seguirá peleando para tener más tiempo en la Primera del Xeneize.