Una vez más, todos los asuntos internos y externos de Boca quedaron opacados por la novela de Agustín Almendra. El jugador reapareció en una cancha tras más de un mes de castigo y anotó un golazo para la Reserva. Tras su actuación, tomó el micrófono y pidió disculpas públicas.

Está claro es que el volante hizo lo que tenía que hacer para soñar con un regreso a Primera. Lejos de embarrar la cancha, declaró con mucha autocrítica y mostró mucho arrepentimiento. Ahora la pelota la tiene Sebastián Battaglia, que aceptaría una charla pero no lo indultaría.

En el medio de todo esto está el plantel, con algunos que están tan enojados como Darío Benedetto aquel 28 de febrero y otros que quisieron tocar el tema. Puertas adentro, la postura general es la misma: bancar la decisión que tomó el entrenador en su momento.

Todo indica que, tras su auspicioso regreso, Almendra continuará sumando minutos en Reserva pero sin posibilidad de volver a Primera (al menos mientras esté Battaglia). El Consejo y Riquelmequieren recuperarlo, pero la última palabra es del DT.