El estadio de Boca es considerado un patrimonio del fútbol argentino e incluso mundial. Son varios alrededor de todo el planeta que han elogiado a La Bombonera o que han manifestado sus intenciones de visitarla o de jugar un partido allí. Sin embargo, es un contraste lógico que el Alberto J. Armando necesita ampliarse, ya que su capacidad de 58 mil espectadores le queda chico a los más de 300 mil socios de Boca.
En este sentido, han surgido en este año electoral para el Xeneize tres alternativas sobre la ampliación de aforo de las cuales dos de ellas tienen larga data y se trata de modelos de remodelación del estadio como los proyectos de La Bombonera 360° y el Proyecto Esloveno, y en los últimos meses surgió la idea de una construcción desde cero en el barrio de La Boca pero más en la cercanía con Puerto Madero en la Isla Demarchi.
Impulsada por el candidato opositor Jorge Reale, se presentó un modelo de una Nueva Bombonera ubicada a menos de un kilómetro de Brandsen 805 y que promete ser el estadio más grande y tecnológico de todo América. Y si bien el proyecto parece más una utopía que una realidad y los hinchas de Boca anticipan siempre que de La Bombonera actual no quieren marcharse, este modelo en la Isla Demarchi ha ido sumando adeptos en las últimas semanas.
Según lo pretendido en este proyecto, la capacidad del estadio de Boca superaría los 100 mil espectadores, siendo 107.000 los espectadores totales si se mantiene la disposición nacional de seguridad de poseer un 75% del aforo con butacas y contará con cuatro escalas de tribunas techadas por completo. Y esto no sería todo en la esplendorosa obra que planificó el equipo de Jorge Reale.
Además de la Nueva Bombonera, se construirán tres puentes que unan la Isla Demarchi con el barrio de La Boca terrenalmente para que los hinchas de Boca accedan al estadio por las calles Aristóbulo del Valle, Brandsen y Pinzón. En total, toda la obra tendría un costo aproximado de 300 millones de dólares que esperan ser financiados mediante prepagos de palcos y plateas preferenciales, así como también tomando deuda con un préstamo privado o incluso también con el naming del estadio apoyado por una empresa, como ha hecho River con su estadio recientemente.
El proyecto apunta a ser realizado en un lapso de 24 a 36 meses y es una de las promesas de campaña de Jorge Reale para su candidatura a Presidente de Boca.