En el marco del último partido correspondiente a los cuartos de final de la Copa Argentina, en el Estadio Marcelo Bielsa de Rosario, Boca se enfrentaba con Gimnasia de La Plata para conocer al rival de Vélez Sarsfield en las semifinales del certamen.
Con el partido 1 a 0 en el entretiempo, ya con los jugadores nuevamente en el campo de juego para darle inicio a la segunda mitad, ocurrió un hecho bochornoso, ya que los hinchas del Lobo comenzaron a pelearse con los del Xeneize mientras se revoleaban con butacas.
Por este conflicto, la Policía presente en el evento tuvieron que intervenir para que la situación no pase a mayores, mientras que fanáticos del elenco de la Ribera saltaban de la popular a la platea. Debido a esto, la seguridad comenzó a disparar balas de gomas y gases lacrimógenos para despejar la zona.
El presidente de Boca, Juan Román Riquelme, que estaba presente en la situación ya que su palco estaba allí, decidió salir del mismo y enfrentarse con la gente, para separarlos de los policías y pedirles que vuelvan a sus lugares así podía darse inicio al segundo tiempo de este encuentro.
Además del máximo mandatario de la institución, Marcelo Delgado, otro miembro del Consejo de Fútbol, así como también referentes tales como Marcos Rojo y Luis Advíncula, más el entrenador Fernando Gago se acercaron a los hinchas para pedirles que se calmen.
Con el correr de los minutos, la situación comenzó a calmarse y los hinchas de Boca se calmaron, mientras que Riquelme volvió caminando a su palco mientras que los presentes en la platea lo saludaban y lo ovacionaban por su gesto de separarlos de la Policía.
Finalmente, el árbitro del encuentro, Jorge Baliño, se reunió con los encargados de seguridad del evento para determinar los pasos a seguir con la continuidad del juego, mientras que los jugadores comenzaron la entrada en calor para disputar el segundo tiempo.