Más de diez años tuvieron que pasar para que la Supercopa de Italia volviera a teñirse de celeste. En una noche ideal en Arabia Saudita, Napoli sacó a relucir su jerarquía y venció sin atenuantes al Bologna por 2-0, con una actuación consagratoria de David Neres. El brasileño se disfrazó de héroe y marcó los dos tantos que le permitieron al equipo de Antonio Conte sumar una nueva estrella y dejar atrás la sequía en este certamen.

El trámite del partido tuvo un dueño claro desde el inicio, aunque la resistencia del Bologna, sostenida por las atajadas de Ravaglia, mantuvo el marcador en cero durante buena parte de la primera mitad. El quiebre llegó a los 38 minutos, cuando Neres frotó la lámpara: recibió en el borde del área, enganchó hacia adentro y sacó un zurdazo milimétrico que se clavó en el ángulo.

El complemento no dio lugar a la reacción de los Rossoblu, que se mostraron inofensivos y carentes de ideas para inquietar a Milinkovic-Savic. Y todo se les vino cuesta abajo cuando, a los 11 minutos de la segunda parte, Neres volvió a aparecer para liquidar el partido. El extremo aprovechó un error en la salida rival, robó la pelota y, con sangre fría, definió picándola por encima del arquero. Fue el golpe de nocaut para un Bologna que nunca encontró el camino y pudo haber sido goleado.

Con el pitazo final, la fiesta se desató en el campo de juego. Napoli, que supo controlar los tiempos, celebra un nuevo bajo el ciclo de Conte y renueva las ilusiones de cara a la Serie A, donde marchan terceros, a dos puntos del Inter.