De la cancha a pasar sus días en la cárcel, y de allí a predicar la palabra. La metamorfosis es total. Pero su protagonista también la hace inesperada. Dani Alves, a sus 42 años, inició una etapa que él mismo define como “un milagro de Dios”. El ex lateral brasileño, considerado el segundo futbolista con más títulos de la historia (43), cambió los botines por pasajes bíblicos: hoy se presenta como “Discípulo de Cristo Jesús” y dedica sus días a predicar la fe evangélica.

Este giro de 180 grados tiene un punto de origen: el profundo escándalo judicial que terminó con su carrera profesional. Vale recordar que Alves pasó catorce meses en prisión preventiva tras ser acusado de agredir sexualmente a una joven en una discoteca de Barcelona a fines de 2022.

El proceso vivió un ida y vuelta de acciones legales. Según consta en los informes, Dani llegó a ser condenado en primera instancia (febrero de 2024) a cuatro años y medio de cárcel. Sin embargo, obtuvo la libertad bajo fianza tras pagar un millón de euros en marzo. Finalmente, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña anuló la condena y lo absolvió por “inconsistencias” e “insuficiencias probatorias” en el relato y las pruebas presentadas en su contra.

Desde aquel entonces, Alves le dio un giro de 180 grados a su vida pública. El primer paso fue dejarlo en claro a través de sus redes sociales. El lugar que antes mostraba su vida lujosa y sus éxitos deportivos hoy está dedicado a compartir pasajes bíblicos y mensajes religiosos. Pero terminó de dejar en claro su nueva faceta cuando se mostró públicamente en un congreso evangélico en Girona, España.

El estilo de posteos religiosos que realiza frecuentemente Dani Alves en sus redes sociales.

La palabra de Dani Alves con las que anunció su nueva faceta

Allí, con micrófono en mano y visiblemente emocionado, Alves dio testimonio de su conversión. “En medio de las turbulencias, en medio de la tempestad, siempre hay un mensajero de Dios“, relató ante los fieles. “Y ese mensajero, en el peor momento de mi vida, me recogió, me llevó para la Iglesia, para el camino, y hoy yo estoy en el camino gracias a ellos“, agregó.

El exjugador reveló que su devoción actual es el resultado de una promesa realizada en la cárcel. “Hice un pacto con Dios“, aseguró. Según su propio relato, el trato fue específico: “Le pedí a Dios que cuidara de mi casa y de los corazones de las personas que no me abandonarían. Y le prometí servirle“.

Ahora, Alves utiliza su propia historia como eje de su prédica. “Hay que tener fe, hermanos míos. Yo soy la prueba de eso“, exclamó en el congreso, donde fue visto orando y cantando.

De todas formas, este cambio del brasileño no es solamente a nivel oratorio, sino que se vio acompañado de modificaciones radicales en toda su vida. Es que, en el plano personal, Alves retomó su relación con su esposa, la modelo Joana Sanz, de quien se había separado durante el complejo proceso judicial. Ahora, la pareja atraviesa uno de sus mejores momentos, ya que recientemente celebró el nacimiento de su primera hija en común. Un título personal que tiene otro valor de los que consiguió dentro de una cancha.