Racing Club llegó a la última fecha de la fase de grupos de la Copa Sudamericana dependiendo de sí mismo para asegurarse el pasaje hacia la próxima instancia del mencionado certamen continental. Sin embargo, la Academia sufrió un percance con el campo de juego de su escenario y su localía fue trasladada al Estadio Ciudad de Lanús.
En medio de ese panorama, este martes, los comandados estratégicamente por Gustavo Costas recibieron a Sportivo Luqueño con la misión de imponerse para no tener que prestar atención al cotejo compuesto por Coquimbo Unido y Bragantino, teniendo en cuenta que los brasileños eran los únicos que podían arrebatarle el primer puesto.
Así las cosas y, tal como se imaginaba en la previa, la Academia salió con la intención de llevarse por delante a la formación paraguaya. Y lo cierto es que los de Avellaneda no demoraron demasiado en plasmar sus aproximaciones en la red contraria y diagramar la anhelada apertura del marcador para tranquilizar a propios y extraños.
Sucede que, cuando transcurrían jugados apenas 10 minutos del primer tiempo, Adrián Martínez, su gran goleador, apareció en escena para meter la cabeza ante una floja respuesta del arquero visitante y desatar de esa manera la locura de todos y cada uno de los hinchas de Racing que se hicieron presentes en la cancha del Granate.
“Maravilla” abrió la cuenta
Pero, lejos de conformarse con eso, el local fue por más y tuvo su premio. A los 35 minutos de ese mismo período inicial, Juan Ignacio Nardoni sorprendió con una muy buena asistencia para habilitar a Maximiliano Salas, que no dudó ni un segundo y sacó un muy interesante remate de zurda para estampar el 2-0 con el que llegó el descanso.
El golazo de Salas
Debido a esa holgada distancia, Racing salió a jugar la etapa complementaria con mucha tranquilidad ante un Sportivo Luqueño extremadamente imponente y sin grandes argumentos para inquietar la valla defendida por Gabriel Arias. Así fue como siguieron transcurriendo los minutos, con un trámite muy alentador para los de Costas.
Más tarde, más precisamente a los 36 minutos del segundo tiempo, Roger Martínez, de tiro penal, diseñó el 3-0 que terminaría siendo definitivo y que se traduciría en la soñada clasificación de la Academia rumbo a la próxima instancia de la Copa Sudamericana. Ahora, los de Avellaneda tendrán que esperar por su contrincante.