La china Zhou Yaqin fue una de las atletas que más impacto generó en las redes sociales durante los Juegos Olímpicos de París 2024. La inocencia de la gimnasta asiática a la hora de conformar el podio junto a sus pares italianas fue furor entre los fanáticos y ahora, días después de terminado el gran evento, volvió a hacerse viral.
Es que la joven de 18 años fue filmada trabajando en un restaurante que pertenece a su familia, cumpliendo la función de mesera y colaborando con las labores típicas del lugar. Lo más curioso es que lo hizo luciendo su uniforme de atleta olímpica.
La escena se viralizó en la red social Weibo, muy popular en China, y generó enorme repercusión ya que muchos usuarios destacaron su “humildad” y “compromiso” a la hora de desempeñarse en esas funciones.
Zhou Yaqin fue segunda en la final de viga con puntaje de 14.100 y por eso se colgó la medalla de plata. Con la de oro quedó la italiana Alice D‘Amato y el bronce fue para su compatriota Manila Espósito.
Cuando las tres se subieron al podio, las europeas mordieron sus preseas para la tradicional foto y eso sorprendió a la china de 18 años. Al notar que sus pares hacían eso, las imitó y generó una de las escenas más tiernas de los Juegos de París 2024.
Por qué los atletas olímpicos muerden sus medallas
Los atletas olímpicos tienen sus rituales personales al recibir medallas por ganar un evento, pero una costumbre muy común es “morder” la medalla frente a las cámaras.
Según el sitio web oficial de los Juegos Olímpicos, este gesto se debe a una solicitud de los fotógrafos. Una vez que los atletas están en el podio celebrando, se les pide que muerdan la medalla para obtener una foto más impactante. Esta acción no tiene nada que ver con verificar la autenticidad del metal.
Es importante recordar que en el pasado se mordían las piezas de oro para evaluar su pureza, una práctica que algunas personas aún conservan. Sin embargo, en los Juegos Olímpicos desde 1912 ya no se entregan medallas de oro puro.
David Wallechinsky, un historiador de los Juegos Olímpicos, afirma que esta práctica es una obsesión de los fotógrafos. Este tipo de imágenes son muy valiosas comercialmente y suelen ocupar las portadas de los medios. Capturar a un gran campeón, como Usain Bolt, mordiendo su medalla es una imagen icónica que se vende muy bien.