River pisó fuerte en La Bombonera y se quedó con el Superclásico. Los de Marcelo Gallardo se impusieron por 1 a 0 con tanto de Manuel Lanzini, aunque sobre el final del partido debieron sufrir ya que Milton Giménez había igualado, pero como en la jugada del gol hubo mano del atacante Xeneize, el árbitro lo anuló a instancias del VAR. De esta manera, el Millonario escala puestos en la tabla de la Liga Profesional -quedó a seis de Vélez que todavía debe su partido de la fecha 15- y llega con un envión anímico al duelo con Colo Colo por la Copa Libertadores.

Marcelo Gallardo sorprendió a propios y extraños con el esquema táctico elegido para jugar en La Bombonera. River salió a jugar el Superclásico con tres marcadores centrales y los dos clásicos laterales, en lo que pudo ser considerada como una línea de cinco defensores, pero el propio entrenador se encargó de aclarar que no fue así.

En conferencia de prensa, al Muñeco le consultaron por la línea de cinco defensores y el entrenador se permitió corregir al periodista: “Te voy a corregir, fue línea de tres, porque si vos veías a los laterales nuestros donde estaban jugando era línea de tres. Obviamente, después para defender, pero tuvimos una clara propuesta y por eso me permito corregirte nada más con esto”.

¿Cómo se paró River en La Bombonera?

Si bien fue un esquema utilizado por Gallardo en su primera etapa en River -lo hizo en la ida de la final de la Libertadores en La Bombonera y también en algunos partidos de 2019- la realidad es que se desde su regreso siempre había utilizado cuatro defensores y luego alternó con cuatro o cinco volantes y con uno o dos delanteros.

En el último Superclásico, se pudo ver que los tres centrales jugaron bastante estáticos -no se permitieron casi cruzar la mitad de la cancha- y los laterales fueron prácticamente volantes, sobre todo Fabricio Bustos que se proyectó bastante más que Enzo Díaz, aunque el ex Talleres también hizo lo propio.

Bustos, uno de los mejores de River en el Superclásico. (Foto: Getty).

En conclusión: River fue un equipo dinámico que, mientras tuvo la pelota, jugó con línea de tres, pero para el retroceso -nunca lo encontraron mal parado- fue una línea de cinco. Este esquema le permitió aprovechar la velocidad de sus laterales y la versatilidad tanto defensivas como ofensivas.