En la semana del clásico, quiero hablar del estadio Monumental y quiero hacer un descargo. Yo era de los que decía que el estadio de River era un estadio frío, que la pista olímpica no trasmitía lo que así generaba, por ejemplo, La Bombonera.
Los hinchas de River como Matías Patanian o Ricardo Dasso se enojaban y decían que no, pero terminaron dándome la razón. Hicieron una obra, sacaron la pista olímpica, y hoy, después de la obra que hizo Jorge Brito, tengo que reconocer que para mí el estadio Monumental es el mejor estadio del mundo y el mas lindo.
He tenido la suerte de viajar al Camp Nou, al Santiago Bernabéu, me tocó estar en el Soccer Field de Sudáfrica, estuve en el Lusail de Qatar, pero ninguno genera lo que hoy tiene la cancha de River, que es la cercanía de la popular sobre los arcos y, además, la inmensidad… Es gigante.
Hay que reconocerlo. Lo justo es justo. Antes de la obra de Jorge Brito, el Monumental era un estadio frío. El hincha de River se enojaba, puteaba, pero no tenía lo que tiene la cancha de Boca, la de Vélez, la de Racing, la de Independiente y hasta la de San Lorenzo. Hoy, después de la obra, tienen el estadio más grande, el más lindo, el más caliente y hay que reconocerlo.
Esto tiene que llevar a Boca rápidamente a tomar cartas en el asunto y construir un nuevo estadio o agrandar La Bombonera. Pero esto va a ser en otro capítulo.
Lo que hay que decir es que el Superclásico de este domingo se juega en el mejor estadio del mundo.