Bofo Bautista va a buscar una pelota larga. Raúl Cascini lo golpea. Cae al piso, le cae de todo desde la tribuna de La Bombonera. El mexicano hace un gesto que enfurece a la platea. Martín Palermo se lo recrimina, fuera de sí. Hay un cabezazo del Titán y el árbitro uruguayo Martín Vázquez los expulsa a ambos.
Palermo corre hacia las escaleras que lo llevarán al vestuario y los hinchas lo despiden con aplausos. Bautista se sabe blanco fácil y se refugia en el banco de suplentes de la visita. Finalmente, es acompañado a la salida por la policía, que lo hace recorrer el camino más largo. A su paso, Chino Benítez lo escupe. Metros más adelante, dos que saltan a la cancha desde la tribuna lo golpean. Vázquez trató de dar continuidad a las acciones, pero minutos más tarde opta por suspender porque no paraban de caer adoquines al área de José Corona.
“Sentí temor. Acá en México no lo he visto. Todos querían golpearme. Fue el día que más miedo sentí. En el vestuario nos encerramos y querían tumbar la puerta. nos querían linchar. Pusimos una mesa para trabar la puerta. Afortunadamente se suspendió antes el partido porque le tiraban piedras a Corona y todos tuvieron que bajar. Si seguía el partido, abren la puerta y nos matan ahí” , recordó hace menos de un año Bofo Bautista en una entrevista con La Capitana.
Siempre por el final empieza a contarse uno de los episodios más bochornosos que haya protagonizado Boca en toda su historia jugando en La Bombonera. Este viernes, se cumplen 19 años de aquella eliminación en los cuartos de final de la Copa Libertadores 2005 a manos de Chivas de Guadalajara, que prácticamente sentenció la carrera como entrenador de Chino Benítez y que fogueó en la opinión pública mexicana una condena a “las artimañas del fútbol argentino” que se extendió con el correr del tiempo y que incluso puede servir para explicar el trato poco amistoso que la Selección Argentina recibió de parte de una amplia mayoría de los fanáticos y la prensa de dicho país durante su andar en el Mundial de Qatar.
Bofo Bautista, el mexicano que peor la pasó la noche del escándalo en La Bombonera.
La ida, un baile
Por aquel entonces sí era el Boca copero. En los cinco años anteriores de Libertadores, habían sido tres títulos y una final perdida, la edición anterior ante Once Caldas. Miguel Ángel Brindisi había intentado sin éxito hacer olvidar rápido a Carlos Bianchi y una serie de derrotas consecutivas, Superclásico ante River incluido, lo llevaron de salida. Jorge Benítez, bicampeón de América como jugador, asumió el cargo de manera interina y lo condujo a ganar la Copa Sudamericana en 2004, por lo que le renovaron la confianza.
El Xeneize lideró su grupo en la Libertadores de 2005, demostrando fortaleza incluso cuando le tocó salir a jugar de visitante. Pero ya había perdido en México, 3-1 ante Pachuca. Y se había vengado en La Bombonera, goleando 4-0. También los octavos de final había superado con holgura, goleando 4-0 a Junior en La Bombonera tras igualar 3-3 en Barranquilla. Tocó entonces medirse ante las Chivas, que habían ganado el grupo y eliminado a Tuzos en octavos.
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“Previo al inicio de la serie se habló mucho. Nosotros veníamos en buen momento y ellos obviamente son un equipo muy reconocido, no solamente a nivel de Sudamérica. Era un equipo con mucha experiencia, fuerte. Jugar en La Bombonera es muy difícil, pero también afuera sabían hacer partidos fuertes y sacar buenos resultados”, recordó Juan Pablo Alfaro, autor de uno de los goles de La Masacre de Jalisco, en diálogo con David Medrano.
Masacre, sí, porque Boca se fue derrotado 4-0 pero incluso podría haber perdido por una diferencia mucho mayor. Los goles los firmaron Johnny García, Omar Bravo, Pato Alfaro y Bofo Bautista; el villano de la película a los ojos de los hinchas Xeneizes y de quienes por aquellos tiempos se encargaron de relatar la historia con exceso de parcialidad.
“En el segundo tiempo los pasamos por encima, incluso pudimos meter más goles. El marcador fue un escándalo. Pero nunca nos burlamos. No vi que ningún compañero haya celebrado de más. Sabíamos que era un resultado idóneo para ir a La Bombonera, pero siempre supimos que nos faltaba el partido de vuelta. Tal vez la forma de jugar del Bofo, y eso sí me di cuenta, generó la bronca. Le salió todo. Ellos se fueron muy molestos en ese sentido”, explicó Alfaro.
La vuelta, un escándalo
“ La gente de Boca pensaba que lo podían remontar. Rodrigo Palacio me dijo ‘allá no la van a tener fácil’. Tenían la confianza para poder remontar. El arbitraje estuvo muy complicado. El estadio estaba lleno dos horas antes. Explotó. Fue una gran experiencia jugar ahí” , relató Pato Alfaro para confirmar que en El Xeneize existía la seguridad de dar vuelta en su templo una serie que estaba muy cuesta arriba. “No nos dejaron ni la media cancha para calentar. Nos dieron un espacio bien chiquito. Los baloneros nos robaban las pelotas. Fue un show para desconcentrarnos, pero salimos a la cancha a jugar nuestro partido” , explicó Bofo Bautista.
Los minutos corrieron sin que los dirigidos por Chino Benítez encontraran el gol que empezara a descontar la diferencia y el clima se volvió cada vez más hostil para los jugadores de Guadalajara, tanto dentro como fuera de la cancha. Y fue una dura infracción de Raúl Cascini a Bofo Bautista, al que se la tenían jurada desde Jalisco, lo que desató el escándalo. “Todo inicio en una pelota larga que fui a buscar. Vinieron dos a darme. Yo caí y me tiraron hasta pedazos de cemento. Me enojé y reaccioné. Tal vez mal, pero les hice que iban cuatro. Me vio Palermo y me empezó a seguir. Yo me fui, porque lo que quería era seguir jugando. Me dio un cabezazo. Lo expulsaron a él y me expulsaron a mí”, recordó el delantero.
Y continuó: “Los policías me sacaron por adelante de la banca de ellos. En vez de cruzar para que me fuera más rápido. El técnico me escupió. Yo iba tapándome. Pensé que era cerveza. Cuando vi el video lo supe. Y cuando le preguntaron por qué había hecho eso. El lo negaba”.
¿Qué pasó con Chino Benítez?
“Por ahí por la edad no me acuerdo de las cosas. Si me pasó, debe haber sido que tomé una pastilla mal tomada”, dijo Jorge Benítez al ser consultado en la conferencia de prensa por el escupitajo que había quedado registrado por las cámaras. Los propios referentes de Boca cuestionaron con el correr de los días la actitud del entrenador, en una clara señal de retirarle su respaldo, y el club optó por echarlo.
Tiempo después, El Chino viajó a Guadalajara a ofrecer sus disculpas. Fue recibido, pero no obtuvo la respuesta que esperaba. “Boca lo despidió y me vino a pedir disculpas acá. Yo no acepté, porque no lo hizo de corazón. Pidió disculpas porque quería seguir agarrando equipos. No las acepté y ya no agarró equipo. Cayó muy bajo ese técnico. No puedes hacer eso”, explicó El Bofo hace algunos meses.
En efecto, aquel partido en La Bombonera empezó a sentenciar la carrera del entrenador. Al año siguiente encontró sitio en Deportivo Quito de Ecuador, donde llegó a dirigir 18 partidos. Luego pasó a Municipal de Guatemala, club en el que permaneció hasta 2008. Y ya no se le abrieron más puertas para dirigir en Primera División hasta el día de hoy.