Los 4 goles de Julián Álvarez frente a Patronato el domingo pasado no fueron más que una confirmación: el delantero de River es sin dudas el mejor jugador del fútbol argentino por amplio margen y va camino a convertirse en un jugador de elite.

Ante esto, el interrogante surge casi por decantación: ¿lo de Julián Álvarez es un proceso o un suceso?

El periodista Juan Pablo Varsky, que recientemente selló su vínculo vínculo para sumarse a la gran familia de Playmaker y Bolavip, realizó un análisis de este presente de ensueño del joven de 21 años.

De aquel pibe que deslumbraba en Calchín, Córdoba, a este delantero de estirpe y todo lo que hubo en el medio: pruebas fallidas en otros clubes, participación en títulos importantísimos para River, confirmación en el aceitado sistema de Marcelo Gallardo y sus primeras armas en la Selección junto a estrellas como Lionel Messi, Ángel Di María y Lautaro Martínez.

La columna de Juan Pablo Varsky para Bolavip Argentina:

El análisis de Varsky sobre el presente del delantero:

Así de rota está la red del arco rival si juega Julián Álvarez.

Si uno toma en cuenta los últimos partidos, los números son escalofriantes.

Desde aquel gran encuentro ante Newell's, en Rosario, con doblete de goles y pases gol, Álvarez ha explotado, ha detonado al campeonato, lo ha tomado por asalto, y River desfila rumbo al título, el primero de liga para Marcelo Gallardo de la mano de su número 9.

Si uno toma en cuenta también la vuelta del público a los estadios, ahí la contribución de Álvarez es todavía mayor, sobre todo en el Monumental: doblete a Boca, triplete a San Lorenzo de Almagro, el póker ante Patronato.

Realmente Álvarez es el mejor jugador del campeonato, el MVP del equipo que va a dar la vuelta olímpica. Es una cuestión de tiempo. River tiene 7 puntos de ventaja con 15 por jugarse. Ningún partido se gana antes de que se arranque, pero está claro que River está en una posición inmejorable para consagrarse campeón.

Ahora, ¿lo de Álvarez es un suceso o un proceso? Las dos cosas.

Álvarez era muy bueno en Calchín, su tierra natal. Llamaba la atención de los reclutadores, de los captadores de talentos. Incluso estuvo en una prueba en Real Madrid en 2011. La rompió toda, pero la legislación había cambiado y tenía que esperar hasta 2016. Jugaba Gonzalo Higuaín en aquel momento, temporada 2011/2012, con José Mourinho como entrenador. Se quedó con una foto como consuelo.

Debió volver a la Argentina. Pasó por varios clubes que no lo aceptaron hasta que se quedó en River. Y allí tuvo momentos muy buenos en divisiones juveniles cuando enfermo, lastimado, se las ingeniaba para entrar, marcar goles y darle títulos a su respectiva categoría. Estamos hablando de un chico que ya cuando asomaba tenía condiciones para ser muy bueno.

Después vino el salto al profesionalismo. Álvarez jugó unos minutos en Madrid. No sé si muchos recuerdan, pero en la jugada que precede al golazo de Juanfer Quintero hay una participación importante de Julián Álvarez y de Camilo Mayada. Ya a los 18 mostraba su personalidad para jugar partidos importantes. Estábamos hablando del suplementario. River y Boca estaban 1 a 1.

Continuó con su proyección, que no significa siempre ir hacia arriba. En la evolución del futbolista también son necesarias las frustraciones, las adversidades, para que el jugador se curta, para que esa mente empiece a soportar situaciones no tan agradables, después de un idílico comienzo como es llegar a la primera y salir campeón de América nada menos que ante el clásico rival en el Bernabéu.

También Álvarez jugó en Lima. Y se subestima mucho esa actuación porque creo que se la asocia a todos los cambios de Gallardo como si todos hubieran sido negativos. Es cierto que el ingreso de Pratto fue contraproducente si uno toma en cuenta esa pérdida de balón con River en salida, ganando 1 a 0 y faltando 2 minutos. Pero Álvarez entró bien a jugar de 8-7, que fue la primera posición en la que Gallardo lo usó con frecuencia.

Pero los años pasan y Álvarez se sigue consolidando. Insisto, con algunos momentos en los que se lo discute y se le pone en duda esa calidad. Eso también forma parte de la evolución, del crecimiento.

Y llegamos a este 2021. Scaloni lo llama para la Copa América. Se consagra campeón. Juega muy poco, algunos minutos ante Bolivia, pero forma parte de entrenamientos con Messi, Di María, Lautaro Martínez, Ángel Correa, Joaquín Correa, jugadores que ya están en Europa, que se han consagrado, que han salido campeones en sus ligas, ni que hablar de Messi.

El conocimiento, sobre todo en un chico dispuesto a absorber, a escuchar, a entrenarse, a ser toda esa parte invisible de alimentación y descanso... Fue chupando todo como si fuera una esponja y eso por supuesto lo hizo mejor. Estar en un equipo rodeado de cracks, salir campeón, sentirse importante, eso lo ayudó a despegar.

Pero también hay una parte de suceso en lo que es la explosión de Julián Álvarez. Y lamentablemente tiene que ver con la lesión de un compañero. Matías Súarez y Braian Romero, cuando llegó procedente de Defensa y Justicia para suplir la ausencia de Borré, habían mezclado muy bien y había poco espacio para Julián Álvarez. Álvarez estaba entrando, saliendo. Cuando River atacaba con tres delanteros, sea en una línea de tres centrales o en un 4-3-3, Álvarez jugaba tirado hacia la derecha, Romero ocupaba el centro del ataque y Suárez en la izquierda. Si bien tenía alguna participación con gol, no era el jugador dominante. Se lastima Suárez y Gallardo opta por una dupla de ataque entre Álvarez y Romero. Ahora es Álvarez-Rollheiser. Álvarez, con quien se les imagine, pero Álvarez juega siempre. Y en ese encuentro contra Newell's, en Rosario, solo le faltó hacer llover. Todo lo demás vino como consecuencia de ese partido que le dio confianza.

Esta es la parte del suceso de Álvarez. Después hay todo un proceso que les vine contando en este primer encuentro con ustedes, amigos de Bolavip. Pero desde ese partido contra Newell's, en Rosario, Álvarez está intratable. Nadie ocupa los espacios mejor que él, El Señor de los Espacios. Sabe cuándo recibir, cuando picar a la espalda del mediocampista central sin ser detectado por el zaguero, y sobre todo la confianza. Hoy Álvarez se siente capaz de hacer cualquier cosa, desde hacer una jugada gambeteándose a cinco hasta ir a presionar a un arquero, robarle la pelota y marcar un gol. Y por supuesto también recibe el trabajo colectivo y es el punto final de un ataque bien elaborado.

O sea, Álvarez es el mejor jugador del campeonato por lo que mostraba de chico, por lo que supo aprender de grande, por haber fortalecido su mente a partir de adversidades y, sobre todo, por estar siempre hambriento de conocimiento. La cabeza de Álvarez es muy importante para entender este momento de Julián.

¿Seguirá en River? Creo que es hasta lo más rentable para el eventual comprador. Es un año muy especial el que viene porque tenés el Mundial recién en noviembre. La ventana de invierno siempre es complicada. Llegar a un club europeo en enero, con la temporada ya en desarrollo, con el tiempo que cuesta adaptarse...

Si Álvarez logra, mejora de su contrato mediante, jugar todo el 2022 en River creo que es un triple win. Por supuesto, está la cuestión de la lesión. Alguna vez le tocó a Palermo quedarse tiempo demás, se frustró una temporada, se rompió el ligamento cruzado y después pudo ir al Villarreal más tarde. Está esa carta en el mazo, pero si un club se garantiza la contratación de Álvarez a partir de 2023 y River logra que se quede durante el año previo al Mundial creo que todos van a salir beneficiados. También nosotros, que lo vamos a seguir disfrutando a Julián un año más en el fútbol argentino. Porque verlo a Álvarez en la cancha es un deleite.