Clima caliente. Puteadas. Algunos silbidos y tensión. El Libertadores de América fue una caldera e Independiente y Rosario Central empataron sin goles en un duelo muy marcado por la gente. Seba Sosa, el criticado arquero del local, fue una de las figuras y a los de Carlos Tevez les cuesta mantener una regularidad. ¡Un punto para cada uno y a otra cosa!

Los primeros minutos de Independiente fueron muy buenos y hasta casi encuentra la ventaja en la primera chance del match. Aunque claro, Romero le erró al arco de volea y con el pasar de los minutos el equipo del debutante Claudio Graf, quien se hizo cargo del Rojo interinamente tras la partida de Eduardo Domínguez, se fue desdibujando. Los de Tevez tomaron el protagonismo y, con algunas aproximaciones que convirtieron a Sebastián Sosa en figura, Rosario Central terminó mejor un primer tiempo sin goles.

En el complemento el trámite volvió a emparejarse. En los pies de Batallini el Rojo tuvo la apertura del marcador y enfrente los rosarinos volvieron a exigir a Sosa, pero toda la atención de la tarde en Avellaneda se la llevó la gente y su cancionero...

Entonando el famoso "que se vayan todo, que no quede ni uno solo", pasando por "jugadores la c... de su madre" y cantando varias canciones para la familia Moyano, los hinchas del Rojo demostraron todo su descontento. Perder el clásico rebasó un vaso al que ya no le cabe líquido y los socios exigen elecciones.

En la vereda de enfrente, Carlos Tevez sabe que su Central se llevó un punto poco trascendente, teniendo en cuenta el contexto y el rival de turno. Aún queda mucho camino por recorrer, pero comienza a verse un cambio en la solidez defensiva y algunas ideas de mitad de la cancha para adelante. No le sirve el empate, aunque sí es importante no perder antes de la prueba de fuego: el jueves 21/7 el clásico ante Newell's, que viene peleando arriba.