Pasó la lluvia en Buenos Aires y, con una mañana excepcional,Boca e Independiente se midieron en Villa Domínico por el clásico de la jornada 4 delTorneo de Reserva. Ambos equipos llegaron en la mitad de la tabla y este partido se presentó como una oportunidad única para sacarse diferencias en la clasificación, pero el Xeneize impuso las condiciones e hizo méritos para romper el cero y ponerse en ventaja en el marcador.
La polémica de la mañana se presentó en el inicio de la segunda parte en el predio del Rojo. Cuando apenas corrían 5 minutos de la etapa complementaria,Gonzalo Morales protagonizó una jugada que tenía destino de gol: remató mano a mano con el arquero y, tras un leve desvío, el balón se fue caminando hacia la red; sin embargo, la defensa logró sacarla en la línea yDiego Segovia la embolsó para terminar con todo el peligro. Aunque… ¿entró esa pelota?
La transmisión del encuentro volvió a repetir la jugada con una cámara cercana a la jugada y no dejó lugar a dudas: el balón había ingresado al arco en su totalidad y era el 1 a 0 para Boca, pero no fue convalidado. Para la fortuna del club de La Ribera, el recientemente ingresado Simón Rivero abrió el tanteador en la primera oportunidad que tuvo en sus pies y el Xeneize se puso en ventaja, aunque no duró mucho.
Cuando faltaban poco más de cinco minutos para el pitazo final,Tomás Rambert, el hijo de “Pascualito”, recibió una exquisita asistencia de su compañero Ramiro Lobo para quedar mano a mano con Leandro Brey y definir de zurda ante la salida del nuevo arquero azul y oro. Un partido que tuvo de todo, pero que terminó repartiendo puntos en Villa Domínico.