Federico Coria es uno de los grandes representantes del tenis argentino en la actualidad. Pese a la mochila que significó ser el hermano menor de Guillermo , ese exquisito referente del polvo de ladrillo, supo tutearse con los mejores, dio batalla en torneos de enorme relevancia, peleó cada pelota en la Copa Davis e incluso alcanzó el escalón 49 del ranking mundial en 2023.
Pero, más allá de estar completamente enfocado en su carrera y en los objetivos que aparecen en el horizonte, el tenista de 31 años mantiene una pasión paralela. O más bien central. Es que su fanatismo por River Plate va más allá de la lógica. Se ve, se nota, se percibe: cuando habla del club de sus amores, se ilumina, se entusiasma y se motiva. Y así fue en diálogo con Bolavip.
River, la gran pasión de Coria
“Estoy totalmente enfermo por River. Pensé que después de lo de Madrid iba a bajar un poco esa locura pero no, al contrario. O también después de lo de Gallardo, que en mi vida me marcó demasiado. Para darte un ejemplo, en una etapa de mi carrera no se me daban las cosas. Viajaba solo y me ponía conferencias de prensa suyas o me escribía en la raqueta su nombre. Nos marcó mucho, nos representaba muy bien con sus palabras. Cada conferencia de prensa era como si hablara el presidente en cadena nacional. Cada verano nos hacía sufrir hasta que decía que seguía y lo festejábamos como un gol. Yo le digo a mi novia que es hermoso tener una pasión, ser hincha de River. La verdad que estoy bastante loco”, contó completamente obnubilado por su amor por el Millonario y por el Muñeco, ex entrenador del equipo, quien se transformó en un verdadero referente para su carrera y para su vida.
“También soy muy anti Boca. Eso lo heredé de mi papá que es de San Lorenzo. Él tiene un lema que dice que con San Lorenzo vamos a festejar los clásicos contra Boca y con River los campeonatos. Raro pero los dos le salimos muy hinchas de River con Guillermo”, profundizó el hermano menor de Willy.
Federico, junto a su hermano Guillermo en el Monumental. (Foto: Instagram)
Su mayor locura por el club de sus amores
Horario incómodo, imposibilidades varias, frío extremo, lejanía absoluta. Nada de eso fue un impedimento para que Fede Coria siga a River. Y lo dejó claro: “Me acuerdo de estar en Suiza jugando un interclubes y le había dicho al capitán que River jugaba la final de la Libertadores 2015. Por la diferencia de horas, iba a ser a las 2:30 de la mañana y me sacó cagando. Le dije que me iba a despertar y no le gustó nada”. Sí, estaba dispuesto a todo y lo hizo: “Estábamos alojados en su casa, pero nosotros estábamos como en una casita en el patio donde dormíamos. El wifi lo tenía en su casa, entonces tuve que ir con la computadora y estar ahí a la intemperie porque él vivía en la montaña. Me cagaba de frío, pero me acuerdo de gritar los goles en silencio para que nadie se entere de que estaba viendo a River en Suiza a las 3 de la mañana”.
La inolvidable final de Madrid
“La final de Madrid la viví ahora como la final del Mundial. En el mismo lugar, solo. Me gusta estar solo porque puedo ser yo. Puedo tirarme al piso, puedo putear, me dejo ser al ciento por ciento. La viví en una habitación solo con un estrés total. Me parecía que éramos más, pero Boca, como toda la vida, tiene una y te clava. Por suerte el equipo nos pudo dar esa alegría inmensa que hasta el día de hoy la seguimos disfrutando”.
River, presente en cada torneo
Claro, el Coria menor no solamente manifiesta su fanatismo por River en su hogar y alrededores. Incluso, lo lleva consigo a cada torneo y a cada partido. Es parte de su vida. “Siempre viajo con la camiseta de River. En Australia me saqué una foto con (Dominic) Thiem con la camiseta de River porque él entrenó con la del Bayern. Trato siempre de llevarla o tenerla en el raquetero porque me representa. Me marcó mucho lo de Gallardo. Cuando él estaba, nosotros estábamos tranquilos porque sabíamos que los jugadores, el equipo y él nos iban a representar de la mejor manera. Entonces a mí, en mi carrera, me ayudó mucho. Se puede ganar o perder pero voy a tratar de tener la mejor actitud que eso es lo que llena de orgullo. Eso es un poco lo que decía de lo que escaló Gallardo en mi vida. Yo, al tener a mi hermano de ídolo, siempre me costó encontrar o admirar a otra gente porque era muy fuerte lo que viví con Guillermo. Pero Gallardo y Messi también rompen con todo eso y se convierten en mis ídolos. Me marcaron muchísimo”.
Su relación con Pinola y la visión del cuerpo técnico de River
“A Javier lo conocí por mi hermano. Vino a Buenos Aires, fuimos a almorzar, intercambiamos los números y tenemos una relación. Trato de mandarle mi apoyo y él a mí cuando se entera de algún resultado”, comentó Coria sobre su relación con el actual ayudante de campo de Martín Demichelis.
Por otro lado, se hizo un tiempo para opinar sobre el presente del cuerpo técnico y también del equipo: “Tenía mucho miedo del post Gallardo. Sentía que iba a ser muy duro pero me imaginaba más que sea al revés: que lo del segundo semestre pase en el primero. Tal vez un poco de suerte tenés que tener. Gallardo la tuvo como también Ramón (Díaz). Pero los veo bien: es un cuerpo técnico joven, que está arrancando. El ataque es desmedido”.
Su encuentro soñado con Messi
Messi recibió a Coria en su casa de París. (Foto: Instagram)
Pero no todo es River en la vida futbolística de Coria. Por el contrario, la figura de Lionel Messi lo invade y hace poco pudo cumplir su sueño de conocerlo e incluso de estar en su casa.
“Lo deseaba mucho. Lo manifesté porque venía viajando con la camiseta de Argentina, imaginándome la posibilidad de conocer a Leo. Ya la había llevado a una gira antes porque un año atrás los jugadores del PSG habían ido a ver Montecarlo. Entonces yo andaba con la camiseta por las dudas me lo cruzada. Después, cuando fui a Ronald Garros, moví cielo y tierra. Mi intención no era molestarlo ni conocerlo, solamente que me firmara la camiseta para encuadrarla y verla todos los días”, contó, prácticamente como un niño invadido por la felicidad.
“Se dieron un par de cosas y él nos terminó recibiendo en su casa en París. Estoy muy agradecido porque tuvo la humildad de recibirme a mí que soy un cuatro de copas. Soy rosarino y eso creo que sumó para ayudar a esa suerte así que compartimos una charla, me pudo firmar la camiseta y nos sacamos una foto. Me quedo con esa charla para toda la vida. Conocerlo a él y poder decirle gracias por no rendirse y por seguir intentándolo. Creo que es un mensaje para todos, que aplica para cualquier ámbito de la vida, no solo en el deporte. Está buenísimo que haya cerrado con el Mundial”.
El momento en el que quiso cambiarse el apellido
En sus inicios, Fede tuvo que cargar con el peso propio de su apellido y en sus primeros años, no la pasó bien. “De pendejo, ser el hermano de Guillermo estaba buenísimo por un lado; pero en mi vida personal, tanto en el colegio donde los más grandes me hacían jodas pesadas, no tanto. Se pedían café cuando jugaba mi hermano por lo de pecho frío, cerraban las ventanas. Boludeces que cuando uno va creciendo va entendiendo el país exitista que tenemos”.
El menor de los Coria aprovechó para hacer una comparación entre el Mago y lo que le ocurrió su otro ídolo: “Si al mejor del mundo -Messi- le tocó ser criticado, es normal que critiquen a un tenista. Lo que no entendía era qué hacía mal mi hermano que representaba a Venado Tuerto, a Rufino y a la Argentina por todo el mundo. Pero es esa maldad de chicos. Después todo el pueblo estaba con él”, profundizó sobre quien fue finalista de Roland Garros en 2004.
“Después, en mi vida tenística, iba a los torneos y me ponían en la cancha principal. O perdía y me querían hacer una entrevista a mí que tenía 13 o 14 años porque mi hermano estaba en el mejor momento de su vida, era muy famoso. Era normal, pero la gente de los torneos tal vez esperaba ver algo de mi hermano en mí y somos dos personas totalmente diferentes. Yo estaba haciendo mi camino, armando mi personalidad y no podía o no quería soportar eso”.
Federico Coria en acción. (Foto: Getty)
El mejor momento de su carrera
Visiblemente orgulloso y justificadamente emocionado, Coria recordó los pasajes más destacados de su trayectoria: “El mejor momento de mi carrera en el ranking fue cuando estuve 49 del mundo , pero si me tengo que quedar con un momento fue cuando me tocó debutar en la Copa Davis, en el estadio Guillermo Vilas con mi hermano y mi viejo que le puso Guillermo en referencia a Vilas. Creo que fue un momento muy fuerte, con todos mis amigos de Venado tuerto, con mi novia y con toda la gente que me quiere. También al año siguiente se volvió a repetir la convocatoria pero con mi hermano de capitán”.
Optimismo de cara a lo que viene
“Estoy arrancando la temporada, ya con una edad que me permite estar más maduro, conocerme más. Estoy con mucha ilusión de volver a repetir lo del año pasado que en febrero estaba en el mejor momento de mi vida, que estaba 49 del mundo justo cuando me tocó sufrir la primera lesión de mi vida. Me tocó desgarrarme dos veces en un período de dos meses y terminé sin poder sumar un punto. Fue un golpe muy duro y me costó volver a agarrar confianza pero ahora ya estoy bien”.