La Copa del Mundo que hizo Lionel Messi carece de sentido. Siete goles en siete partidos siendo el segundo máximo goleador del Mundial, máximo asistente con tres pases-gol, tantos en todas las instancias (fase de grupos, octavos, cuartos, semis y la final), mayor cantidad histórica de MVPs en una misma Copa y Balón de Oro de la disputa mundialista en sí. Ah, y por si faltaba aclararlo, tambiéncampeón del mundo.
Finalmente, tras cinco Copas Mundiales disputadas, Leo pudo levantar la suya y sumar una tercera estrella encima del escudo de la Selección, cortando la sequía de 36 años para Argentina sin poder ganar este trofeo tras la obtención en México 1986.
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Claro está que para lograr este Mundial, ni para Messi ni para la Selección fue algo sencillo. La derrota con Arabia, los triunfos ante México y Polonia en grupos, la de Australia en octavos con suspenso sobre el final, la agonía y los penales con Países Bajos y el pase a semis posterior, la comodidad ante Croacia y el floreo con Francia en la final pero con Mbappé generando más de un susto e infartos que fueron apagados por Leo, por Dibu Martínez y por todo el equipo. Y detrás de este camino de 7 partidos, hubo mucho más proceso, luchas, victorias, y sobre todo, alegrías.
Pero todo, absolutamente todo esto, se culminó el pasado 18 de diciembre en Lusail, donde casi 50 mil argentinos y 90.000 almas en total fueron testigos de uno de los mejores partidos de la historia y que terminó en la consagración de Argentina de su tercer Mundial y el primero para Lionel Andrés Messi Cuccitinni.
Además de presenciar este encuentro, las 90 mil personas que estuvieron en el estadio mundialista más grande de Qatar también oyeron el grito festivo del capitán argentino que, para los que vieron la final por TV, no llegaron a obvervar. Sin embargo, en las últimas horas circuló un video en redes donde le ve a Leo a pura emoción soltar un “¡¡Vamos Argentina, la c*ncha de su madre, somos campeones del mundo!!“, para que todo el Lusail delire con una frase únicamente dicha para ellos tras una de las grandes funciones dadas por el mejor jugador de la historia del fútbol.
