El Superclásico del fútbol argentino dejó mucha tela para cortar. River se impuso 1 a 0 con un tanto de Manuel Lanzini y desató una crisis importante en Boca. El partido tuvo todos los condimentos que se esperan en un duelo de estas características: amonestados, duras entradas, peleas entre los jugadores, festejos desaforados, gastes al terminar el partido e inclusive un expulsado. En la previa hubo una situación que tuvo como protagonista a Marcelo Gallardo que fue tomada por algunos hinchas del Xeneize como una provocación.

El Muñeco salió a La Bombonera por el túnel y tuvo que cruzar todo el campo de juego para llegar al banco de suplentes. En ese trayecto, el entrenador se tapó la nariz -un clásico gesto que inmortalizó Ángel Labruna hace unas décadas- y desató algunas críticas por parte de los hinchas de Boca. El gesto de taparse la nariz está asociado al mal olor que supo haber en La Boca por el riachuelo y también al apodo que tiene el club de la Ribera: bosteros.

Gallardo explicó por qué lo hizo

Una vez finalizado el partido, el Muñeco además de brindar una conferencia de prensa, se prestó a responder algunas preguntas más por parte de algunos periodistas que lo esperaban en la antesala del ingreso al micro. Uno de ellos le consultó por su gesto de taparse la nariz y el entrenador de River desactivó cualquier tipo de provocación y dijo repetidas veces: “tengo un tic”.

Gallardo saluda a Manu Lanzini tras su gol. (Foto: Getty).

Gallardo saluda a Manu Lanzini tras su gol. (Foto: Getty).

Un Gallardo eufórico

Durante todo el encuentro, el Muñeco estuvo metido, hablando con el cuarto árbitro y dando indicaciones. El gol de Manuel Lanzini lo gritó con el alma, pero luego mostró mesura y cautela, sobre todo en las decisiones que tomó en lo que respecta a los cambios. Sobre el final, cuando se dio la jugada que revisó el VAR por el gol agónico de Boca, el entrenador tuvo claro desde un comienzo que era mano y lo celebró casi como un tanto cuando Ramírez lo anuló. También festejó con intensidad pocos minutos más tarde, cuando el juez marcó el final del encuentro.