En un primer tiempo durísimo tanto para Argentina como para Brasil, la balanza pudo haberse inclinado para los de Tite por una inferioridad de jugadores de la Albiceleste, pero no sucedió.

Otamendi fue a marcar dentro del área Raphinha, delantero que juega en el Leeds de Marcelo Bielsa, y cuando estuvieron cara a cara en la disputa del balón, el defensor argentino arremetió de lleno contra el rostro del rival con el codo.

Tras unos segundos de incertidumbre, el árbitro uruguayo hizo el gesto de diálogo con el VAR con su compatriota Esteban Ostojich, pero no fue necesario revisar la jugada según el colegiado.

Las pruebas eran contundentes en contra de Argentina, y era una jugada de roja directa por la alevosidad del codazo, que incluso le dejó sangre en el labio a Raphinha. Sin embargo, el VAR y el arbitraje no cobraron la infracción, que era un claro penal.