Este jueves Alexei Popyrin venció en segunda ronda de Wimbledon al argentino Tomas Etcheverry y se clasificó a la siguiente instancia en donde se cruzará nada menos que con Novak Djokovic. El joven australiano deberá tener una jornada épica el sábado para dar el gran golpe y conseguir lo que nunca: superar al serbio.
El joven oceánico, que cuenta con apenas dos títulos 250 en su haber, ya se enfrentó este año a Nole en el Abierto de Australia: “Jugar contra Novak no es nada diferente a jugar contra cualquier otro tenista en el circuito. Para mí es la misma preparación, la misma mentalidad. Voy con plena confianza. Si no voy con esa confianza, no tiene sentido ir. Simplemente seré yo jugando contra el número uno del mundo. Un partido más”, declaró antes de perder 6-3 4-6 7-6 (4) 6-3 frente al por entonces número 1 del mundo.
Algo sin dudas curioso de Popyrin es que su ídolo es un tenista argentino: “Crecí viendo a Del Potro. Desde que lo ví ganar la final del US Open de 2009, he intentado jugar como él“, aseguró en una entrevista en enero de 2019 cuando con 19 años superó a Dominic Thiem en Australia.
Sobre cómo afrontará el duelo con Djokovic, en enero de este año dejó en clara su estrategia: “Por la experiencia, de estar en el vestuario alrededor de estos jugadores y entrenar con ellos, de compararme con ellos a lo largo de los años. No quiero ir a pista pensando que es el más grande de todos los tiempos. Admiro lo que ha conseguido, probablemente lo sea. Pero necesita tener esa confianza y creer que puedo ganar el partido y que él es sólo el número uno del mundo, simplemente otro jugador al otro lado de la red. Necesito concentrarme en lo que tengo que hacer en la pista. No tiene sentido que salte a la cancha pensando que no puedo ganarle”.
Entre los datos más curiosos de Popyrin, a quien apodan Pop, es que por su ascendencia rusa y por haber vivido parte de su vida en España maneja esos dos idiomas tan bien como el inglés. Además, su otro deporte favorito es el baloncesto y es un ferviente seguidor de Portland Trail Blazers de la NBA. Si tiene que inclinarse por el fútbol, opta sorpresivamente por el Everton, de Inglaterra.
El sábado se medirá ante Djokovic en búsqueda de los octavos de final de Wimbledon, instancia que nunca alcanzó en un Grand Slam. ¿Será la hora de Pop?