Las últimas horas del 2022 son titánicas para Colo Colo. El actual campeón albo finalmente retrasó el inicio de la pretemporada para el 27 de diciembre en el Estadio Monumental. La escuadra de Gustavo Quinteros tiene varios flancos abiertos y, claramente, la directiva de Blanco y Negro tiene que saldar esa deuda que tiene con el estratega del Cacique respecto a los refuerzos.
La idea de Quinteros siempre fue que el día que se iniciara la pretemporada, los nuevos jugadores deberían estar en su mayoría para empezar a maquetar lo que viene para 2023: la pelea por el bicampeonato de Primera División del fútbol chileno y, además, darlo todo en la Libertadores con el fin de realizar una presentación más que decorosa.
Hasta el momento, Colo Colo sigue sin confirmar al reemplazante de Gabriel Suazo en la banda izquierda. El lateral Erick Wiemberg tiene listo su acuerdo con la tienda popular, aunque se ha ido demorando con el pasar de los días. Eso se debería destrabar en las próximas horas.
Además, el tema más preocupante ahora son dos: el próximo lateral derecho que suplirá a Óscar Opazo, tras su partida a Racing y el más importante para Quinteros es quién será el nuevo jugador ofensivo para suplir lo de Gabriel Costa.
Morón sabe que la misión es importante, sobre todo, en el tema de Costa. Las tres opciones de Colo Colo para ese puesto son los argentinos Sebastián Palacios, Carlos Auzqui y el nacional Martín Rodríguez. Sin embargo, las negociaciones no avanzan al ritmo que quieren en Santiago.
Ahora, el objetivo para Quinteros es que Morón, Alfredo Stöhwing y compañía aceleren el tranco en la materia de caras nuevas, ya que solo están firmados y ratificados: el arquero Fernando de Paul, el zaguero Ramiro González y el volante Matías Moya.