El Mundial de Francia 1998 está guardado en la retina de los hinchas de la Selección Chilena y el fútbol criollo en general, el cual devolvió a La Roja a una cita mundialista tras 16 años y que ilusionó a todo un país con la dupla mortal entre Iván Zamorano y Marcelo Salas.
Antes de la cita planetaria, eso sí, hubo gran polémica en el ambiente de La Roja por la decisión de Nelson Acosta de no llamar a Juan ‘Candonga’ Carreño, quien venía siendo citado con regularidad pero que finalmente no entró en la convocatoria para decir presente en el viejo continente.
En conversación con el podcast ‘Pelotazo al vacío’ de Jorge ‘Pelotazo’ Gómez, Carreño recordó el difícil momento de haber quedado fuera de un mundial adulto y repasó al ex estratega nacional por la forma en que lo dejó afuera.
“Si hubiese existido un técnico que no me conocía y me llamaba esporádicamente… porque Salas y Zamorano eran los titulares indiscutidos, eso está claro. Después nos peleábamos el puesto Barrera, yo y otro más”, rememoró ‘Candonga’.
Carreño contó por qué quedó dolido de su marginación a Francia: “Lo que te duele en el fondo es que el técnico de la forma que me lo dijo: me mandó a sacarme exámenes y cuando vuelvo con el examen ya tenía el desgarro, ya lo estaba llamando por teléfono y cuando llego a Pinto Durán, el técnico se había ido al aeropuerto y no me esperó ni para decirme chao”
“Ese técnico llegó a la selección por nosotros, me refiero a José Luis Sierra y yo que éramos las figuras de Unión Española. Por nosotros llega a la selección, era un técnico que me conocía y que mínimamente me podía mirar a la cara y haberme dicho ‘mira, no te voy a llevar porque tengo la presión de Zamorano y quiero llevar a Neira o tengo la presión del Presidente de Coquimbo y quiero llevar a un tercer arquero’. Lo que quiera, pero a la cara”, complementó.
Si bien el tiempo ha pasado, Carreño insiste que “Las veces que me necesitó yo siempre estuve a su disposición, dejé las instituciones botadas para ir a la selección y no me quedó grande la camiseta. Por lo tanto, necesitaba un mínimo de respeto y eso es lo que me duele. A los 28-29 años era la cúlmine mía para terminar mi carrera con un mundial adulto, pero eso es lo que me molestaba y es la sensación amarga que me queda, la forma”, cerró.