Marisela Santibañez acudió este viernes como una de las invitadas a Podemos Hablar, programa en el que recordó el altercado que tuvo con el llamado “Pastor Soto”.
En el espacio de Chilevisión, la también ex chica reality recordó que “Yo siempre lo he dicho, el dolor de un hijo no se supera jamás”. Eso a propósito del fallecimiento de su pequeña Rafaella, debido a una leucemia fulminante.
“Esa niña vino a darme una razón para seguir viviendo. Yo tengo la fortuna de nunca haber tenido depresión, no sé lo que es una crisis de pánico”.
“Cuando Rafaela falleció, yo nunca me mediqué, lo viví en carne cruda. Hoy día creo que, con doce años, Rafaela tendría 19, pero siempre la voy a recordar con 7 años”, aseguró.
El incidente de Marisela Santibañez con el “Pastor Soto”
Javier Soto atacó a la diputada en las afueras del Congreso, indicándole que la muerte de su hija habría tenido relación con su forma de ser.
“El Pastor nos dijo por más de dos años, todos los miércoles, él me grita asesina, corrupta, mentirosa, que ayudo a asesinar niños. Tú que ayudas a asesinar niños”, explicó la parlamentaria.
Y recalcó que “esto no lo vengo escuchando hace una semana, o ese día de mayo, son años. Donde en el fondo es como una condena, o un karma”.
“Estar a favor o trabajar por una política pública de salud. Que tiene que ver con el aborto terapéutico en tres causales en nuestro país, o el aborto libre en otras partes, ¿a él le da derecho a mezclarlo con la muerte de mi hija? No señor, no tiene ningún derecho”.
“Lo que a mí más me afecta, es como la Cámara de Diputados se conmueve con que yo soy la mamá de la Rafaella, porque soy mamá porque perdí a una hija, y porque soy heterosexual”, lamentó al mismo tiempo.
“¿Por qué no se conmueven por lo mismo que le pasa a Emilia Schneider? ¿Por qué no se conmueven cuando lleva un vestón, y le grita Emilio, a nuestra querida compañera Emilia? Eso no es de Dios”, subrayó Santibañez.
Así finalmente llega a la conclusión de que “yo quiero creer que es un fanático, que lamentablemente es peligroso”.
“Yo entré con mucha rabia al hemiciclo. Faltaban muy pocos días para el aniversario de Rafaela, y me dio mucha impotencia, que permitamos una vez más esto”.
“Este caballero, no me va a hablar en nombre de Dios”, puntualizó.